La actividad para hacer popular la mentalidad a favor de
la eutanasia a petición siempre se ha de basar en los sentimientos del
oyente, quitando de enmedio términos duros, para que, en el fondo, no se sepa de
qué se está hablando, y se consigan apoyos para algo que, expresado crudamente,
inspiraría rechazo.
Así, la SOARS, The Society for Old Age Rational Suicide, un
grupo de presión ubicado en el Reino Unido, ha cambiado su nombre a My Death, My Decision: siempre se debe promocionar algo positivo,
en este caso la libertad de elegir. Breve comentario en MercatorNet (en inglés). Por otra parte, la
ayuda médica al suicidio propugnada es éticamente peor que el suicidio mismo, como
ya indicamos en un boletín anterior con un artículo de la revista Crisis (en inglés).