Ya los obispos colombianos han advertido que “la eutanasia, que es el acto de poner fin deliberadamente a la vida de un ser humano, es una grave violación a la dignidad de la persona”.
El Ministerio debe disponer en cuatro meses de todo lo necesario para que se puedan legalizar los procedimientos necesarios para garantizar la eutanasia a niños, niñas y adolescentes.
El nuevo reglamento debe cumplir con los requisitos que ya la Corte estableció sobre lo que eufemísticamente califican de “muerte digna” que recoge los siguientes puntos:
- Que se trate de un enfermo en fase terminal.
- Que haya manifestado su consentimiento de manera libre e informada e inequívoca por parte de los menores cuando su desarrollo se lo permita.
- Y, si los menores de edad no pueden hacerlo, se evaluará el consentimiento sustituto de una manera estricta.