El activismo a favor de la eutanasia, connatural a la
sociedad hedonista actual, se apoya en los casos más dramáticos y sentimentales
para intentar obtener una legislación que la permita, sin darse cuenta de las
consecuencias desastrosas que vienen detrás (como vemos en los Países Bajos).
Fabiano Antoniani, conocido como Dj Fabo, perdió el control
de su vehículo la madrugada del 13 de junio cuando volvía de una sesión
en un club milanés. El impacto le dejó tetrapléjico y ciego. Pero pocos
días después, comenzó una lucha política y mediática para poder morir
dignamente en Italia. Intentó de todo y convirtió su batalla en una
cuestión nacional. Pero agotadas las posibilidades, cruzó los Alpes el
domingo con su pareja, su madre y un tercer acompañante hasta llegar a
Zúrich, donde ingresó en la clínica que le ayudó a morir ayer a las
11.40. En sus últimas palabras criticó duramente el exilio al que le
había obligado la legislación italiana para termianr con su sufrimiento.
En
este caso, cabe preguntarse qué atención y apoyo tuvo el paciente para perder
las ganas de vivir tardíamente.