Una reciente investigación demuestra que una de cada cuatro muertes no cumplió la legalidad. Pero en lugar de endurecer las leyes, se plantean ampliar las definiciones para dar cabida a esos casos. Según el estudio elaborado por el Instituto Europeo de Bioética y
que recoge informes de diez años, el 32% de las eutanasias practicadas
en Bélgica no estaban consentidas por los pacientes. Según las
estadísticas gubernamentales que no incluyen los datos supuestamente no
reportados, en 2012 la eutanasia ha aumentado en Bélgica un 25%.
El problema es que el debate político ante esta circunstancia está
marcando por lo que se conoce como la pendiente resbaladiza. En lugar de
buscar la vía para restringir la ley y evitar, al menos, algunos de los
casos, se pretende hacer una lectura más amplia de la normativa para evitar que los actuales casos sean considerados ilegales. La extensión de la cultura de la muerte ha llegado hasta el extremo de
que hace semanas decidieron acabar con sus vidas dos gemelos belgas que
se habían quedado sordos y a los que avisaron de que posiblemente
quedarían ciegos. Prefirieron morir a dejar de verse.
De momento, la eutanasia en Bélgica es legal, bajo ciertas condiciones, pero no para chicos y chicas menores de 18 años. Ahora, el Parlamento estudia la posibilidad de extender la eutanasia para los más jóvenes. A qué edad deberían poder optar por la eutanasia los jóvenes belgas? Según la comisión flamenca para los derechos de los niños, sería a partir de los 12 años con el permiso paterno o 16 años sin él; según la parte francófana, los 15 años es la edad adecuada para tomar una decisión autónoma.