Revista Cultura y Ocio

Eva

Publicado el 09 febrero 2018 por María A. Ayuso @MariaysuMundo
Arturo Pérez-Reverte nos presenta 'Eva', la segunda entrega de la serie dedicada al espía nacional Lorenzo Falcó. Y no defrauda, en absoluto. Nos regala una novela tan trepidante que ya en su comienzo disfrutamos, al más puro estilo James Bond, de un asesinato, una persecución y la sensación de peligro en cada rincón. 

EVA

Portada de 'Eva', de Arturo Pérez-Reverte

En esta ocasión, Falcó se enfrenta ante una nueva misión en esa España dividida por la Guerra Civil: debe viajar a Tánger para atrapar un barco republicano que transporta oro hacia Moscú y que ha conseguido salvar el bloqueo de la flota nacional en varias ocasiones. Y, para ello, deberá utilizar sus mejores armas: su encanto, sus dotes de persuasión y su brutalidad. Pero, no le resultará fácil, sobre todo, porque aparecerá un fantasma del pasado en forma de mujer: Eva Neretva. Poco más se puede contar sin desvelar ningún detalle más de la trama de 'Eva'. Como decía al principio, es una novela trepidante y brutal, uno de esos libros que te atrapan en la primera página y no permite descanso hasta el final. Pérez-Reverte consigue transportarnos de manera magnífica al Tánger de los años 30, donde habitan y, más o menos, se respetan "nacionales" y "republicanos", nos hace sentir esa mezcla de culturas en cada lugar por transcurre la acción, detallando cada rincón con sumo cuidado.  Como ya conté en la reseña de 'Falcó', nuestro protagonista es un hombre descarado y salvaje, un mercenario al servicio del bando nacional que lo utiliza para el trabajo más sucio. Pero, el autor nos muestra otra cara de este personaje, la de un hombre atormentado por su propia soledad, por su lejanía de una familia a la que no tiene ningún apego. Se trata de una persona adicta a la adrenalina propia de una profesión peligrosa, donde cada minuto puede ser el último. Durante todo el relato, el lector tiene momentos donde no soporta a Falcó, su arrogancia y chulería hacen muy difícil sentirse atraído por él, para pasar a otros momentos donde da verdadera lástima. Por otro lado, en este libro nos encontramos con otros personajes de gran calado. Eva Neretva vuelve a aparecer con la misma fuerza con que lo hizo en el primer libro de la saga, una mujer imponente en un mundo de hombres, sin escrúpulos y entrenada para luchar y matar. Pero, más allá de Eva y Falcó, Pérez-Reverte nos sorprende con dos personajes que me han encantado por su integridad y su compañerismo: los capitanes de los barcos republicano y nacional enfrentados. Creo que queda claro que el libro me ha encantado y que, como ya he dicho en alguna otra ocasión, siento debilidad por la obra de Arturo Pérez-Reverte. Nunca pierdo la oportunidad de leer alguna de sus novelas que entretienen y, a la vez, muestran lugares y situaciones muy interesantes. Y disfruto mucho.

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