“Eva” de Arturo Pérez-Reverte: la continuación de “Falcó”

Lorenzo Falcó vuelve a la carga en “Eva”, la segunda entrega de Pérez-Reverte sobre este espía

“Eva” es la segunda entrega de la que ya puede considerarse la saga de “Falcó” de Arturo Pérez-Reverte, la cual recibe el nombre de su duro protagonista Lorenzo Falcó, un espía que, en plena guerra civil española, acepta encargos de los nacionalistas a pesar de carecer del mínimo sentido de la lealtad a ningún bando político ni ideológico. En “Falcó” ya conocimos a este buscavidas mujeriego hasta la médula, atractivo y pícaro que nos recuerda a Humphrey Bogart en el cine clásico, gabardina incluida. Soy de las que piensan que estos libros no son, ni de lejos, la mejor obra de Pérez-Reverte, pero su cambio de registro y la maestría para recrear una parte de la historia, hacen que “Eva” y “Falcó” sean lecturas obligatorias para los asiduos del autor, entre los que una servidora se encuentra.

Estamos en 1937, y Falcó recibe el encargo de viajar a Tánger y lograr que un barco republicano cargado de oro español que no puede ser atacado por encontrarse en territorio neutral cambie de bando y entregue su valiosa mercancía a los nacionalistas, en lugar de descargarla en Rusia. Como perro viejo, Falcó tiene sus amigos y contactos en Tánger, pero también tendrá que ir con los ojos bien abiertos porque el peligro (el mismo que le da sentido a su vida) le acechará también en cada esquina de esta bella ciudad, de modo que las dosis de acción, peleas a muerte y tiroteos están sobradamente aseguradas en “Eva”. Llegados a este punto puede que te preguntes que, si el protagonista vuelve a ser Falcó, por qué el título del libro es “Eva”. Pues bien, el personaje que ya conocimos brevemente en la anterior entrega vuelve a aparecer, aunque no lo hace hasta bien avanzada la trama y pone en jaque al experimentadísimo Falcó, ya que la joven forma parte de la tripulación del barco y está empeñada en llevar a cabo la misión asignada por sus camaradas aunque le cueste la vida. Sé que hay mucha gente que ha criticado el escaso protagonismo de este personaje que da nombre al libro, pero yo opino diferente porque creo que la presencia de Eva es muy fuerte en todo momento, llegando a trastocar al inmutable Lorenzo Falcó. Ya antes incluso de aparecer físicamente, el saber que la chica pisa su mismo suelo afecta al espía, aparentemente obsesionado con ella desde que le ayudó a escapar en la anterior entrega.  Eva es fuerte, segura, valiente y totalmente diferente de Falcó, porque cree firmemente en su causa y nuestro protagonista chulito y pasota siente debilidad (quizás amor o a saber) por una mujer que puede ser lo único que realmente le importa en su agitada vida. Y todo esto hace de Eva un personaje mucho más importante de lo que en un principio se puede pensar al ver las escasas páginas en las que aparece. “Eva” puede leerse perfectamente sin haber leído previamente “Falcó”, aunque yo siempre aconsejo leer antes la primera parte para comprender mejor a los personajes y situaciones.

Vale, no es el mejor libro de Pérez-Reverte. Es cierto que su trama tampoco es la más apasionante ni trepidante a pesar de su temática de espías en una convulsa guerra, pero no podemos negar que el autor vuelve a salirse con la suya, transportándonos a otro cachito de la historia de España perfectamente documentada (aunque con pasajes de ficción, lógicamente) para entrever a través del humo del cigarrillo un desfile de causas justificadas o no, traiciones, lealtades, emboscadas, pasiones, torturas e intrigas, y haciéndonos sentir el miedo y la adrenalina por el peligro que puede ocultarse tras la próxima esquina, o tras la siguiente. Y eso, no se lo niega nadie al señor Pérez-Reverte.

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