Eva, una mujer im-perfecta (por Isa)

Hoy es el Día Internacional de la Mujer. Un día para denunciar que la mujer, con todas sus im-perfecciones, con todos sus defectos, con los paulatinos logros en el camino de la igualdad, sigue estando en inferioridad de condiciones. Que aún queda mucho por hacer. Que tenemos que seguir luchando para sacarnos de la cabeza las culpas, las falsas responsabilidades, los complejos... Y es que la historia de nuestro sufrimiento se remonta al principio de los tiempos, al viejo cuento de la gran Eva, la primera im-perfecta:
Según cuenta la leyenda bíblica, Eva fue creada por Dios en el Jardín del Edén para ayudar y complementar a Adán, a partir de una costilla de éste. Lo de la costilla, que tanto daño a hecho y tanto ha tenido que ver en la simbología de la posesión y superioridad del varón, en realidad es una metáfora de una rama, o sea, una de sus descendientes, en la cual Yahvéh dividió la genética para que fueran ish e isha (varón y hembra), seres espirituales, con alma y con el poder del verbo. Su nombre, en hebreo, significa "madre de los vivientes" o "dadora de vida". A partir de ahora llamarme Isha, ashí con hache intercalada, que me ha molao. Gracias.
Siguiendo con el libro de Génesis, se dice que Dios mandó a Adán y a su compañera engendrar criaturas con el fin de multiplicarse, llenar la Tierra y gobernar en ella (Génesis 1:28) y les dio permiso para comer de todos los árboles del huerto, excepto árbol de la ciencia del bien y del mal o árbol de la vida, para no morir (Génesis 2:16–17).  Pero Eva fue engañada por la serpiente (jodía serpiente), y vio "que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y codiciable para alcanzar la sabiduría", por lo que comió del fruto prohibido y ofreció a su pareja, que comió también. Y esa fue la gran cagada, señores, porque entonces, Dios castigó a Eva y le dijo: "Aumentaré tus dolores cuando tengas hijos, y con dolor los darás a luz. Pero tu deseo te llevará a tu marido, y él tendrá autoridad sobre ti "...
Semejante sentencia ha marcado el papel sumiso y cargado de culpa de la mujer durante siglos. Aún hoy, pese a todos los avances, seguimos acarreando el estigma de haber incitado a Adán a comer manzana (quizá por eso le tengo tanta manía a la maldita fruta, por eso y por lo que le hizo a la pobre Blancanieves). Le debemos mucho a Eva, nuestra antepasada, principalmente la vida que no es moco de pavo y sí lo suficiente como para perdonarla de una vez aquel asuntillo de la manzanita. Al fin y al cabo lo único que hizo fue ser im-perfecta.