Esta mañana hemos ido a un centro de atención temprana a que hicieran una valoración del niño.
El trato ha sido estupendo. Hemos estado reunidas en una sala de juegos durante más de hora y media, charlando, comentando el comportamiento del niño que pululaba a su aire encantado con tanto juguete nuevo y contrastando impresiones. Hemos hecho un buen recorrido por mi embarazo, nacimiento, primeros meses y momento actual. Me he sentido escuchada y entendida. En definitiva, creo que ha sido una evalución de calidad.
¿Conclusiones?. Dentro de lo que puede dar de sí hora y media de observación, el niño no tiene problemas de motricidad, tiene una destreza manual fantástica y una capacidad de concentración superior a la que se esperaría en un niño de su edad, no tiene problemas de entendimiento y demuestra inteligencia. Pero, y ahí viene lo malo, efectivamente, hay cosas que no marchan bien: apenas mira a la cara ni sostiene la mirada, no presta atención a las personas, no tiene especial interés en la figura de su madre y el balbuceo que tiene es un soliloquio. Lo social, emocional o como se quiera llamar, está algo afectado. No es grave pero hay signos suficientes como para tomar medidas.
Es decir, que el hecho de que no diga ni una sola palabra no es lo más preocupante sino lo menos, en tanto que se deriva de la falta de atención que presta a las personas. El lenguaje, como muchas otras cosas, se aprende por imitación. Si no nos mira a la cara nunca aprenderá a hablar, ni reconocerá las partes de su cuerpo, ni se despedirá de nosotros si nos marchamos, etc etc etc. Al final se vería afectada también el area cognoscitiva, evidentemente.
Me llamarán la semana que viene con un "plan de acción", que probablemente consistirá en sesiones individuales.
También he pedido cita con un neuropediatra, para tener una segunda opinión y, de paso, por qué, ver qué nombre se le puede poner a esto.
Me he pasado el resto de la tarde como si me hubieran chupado la energía. Creo que ningún padre está preparado para que las cosas vayan mal, ni siquiera para que vayan regular. Aunque uno sea consciente de las cosas, siempre es un palo que los demás te lo confirmen.
Poco más puedo decir, ahora mismo no me salen las palabras.