Los eventos, han sido mal usados durante todo el tiempo de su existencia. Usados como meros soportes publicitarios que usan lenguajes de imposición o lenguajes sugerentes, con muy pocas cualidades hipnóticas. Sin embargo, un evento, contiene elementos que, bien utilizados, logran convertir el momento elegido, en un canal para comunicar grandes cantidades de contenidos y lanzar mensajes que recibirán respuestas con las que serás capaz de interaccionar a tiempo real, en un marco, en el que no solo podrás obtener discursos más o menos acertados, sino que dispondrás de información conceptual y emocional inmediata, dando oportunidad de reacción in situ.
Un evento, puede ser construido como una simple galería o collage más o menos impactante o puede ser construido, asumiendo, que todo esta infraestructura se logra convertir en un espacio escénicos que abre infinitas posibilidades para profundizar relaciones, ampliando los parámetros de escucha y manteniendo diálogos interactivos de gran calidad, mientras controlas el
De que los espacios escénicos mantienen cualidades para cubrir grandes contenidos, se convierten en canales de comunicación de mensajes, logran profundizar relaciones y provocan diálogos interactivos compartiendo experiencias y aventuras con su público, da fe, que nunca los equipos artísticos hablan de clientes y todos podemos observar como sus puertas y vestíbulos, de lo que se llenan, es de fans e incondicionales que esperan ansiosamente las manifestaciones que ellos quieren provocar.
Si logramos contemplar los cambios sociales que están dando paso a unos movimientos de cambio en las estructuras del mercado, sabremos, si necesitamos quedarnos en él o dejar que sean otros los que levanten proyectos donde estaba el nuestro. Si quieres quedarte en el sabrás que estabilidad y permanencia en un espacio concreto, nos lleva, de forma irremediable, a una relación más estrecha con objetos, elementos y personas que ocupan ese espacio. Si nuestro campo de trabajo son las personas y elegimos permanecer, entenderemos, que con ellas solo existe la posibilidad de establecer una relación cada vez más cercana, que terminará por comprometernos a nosotros y a ellos. Mientras creamos que el compromiso solo tiene valor cuando la funcionalidad está presente, solo hemos de observar atentamente, como se desarrollan nuestras relaciones personales, para concluir, que si no das más que productos materiales, serás incapaz de sostener ni siquiera una relación de compañerismo o amistad. Sabrás que es preciso ser persona más que tener mucho, dar más allá de lo que tienes en tu cartera para mantener una relación óptima con las personas que deseas tener en tu vida, sea por simple el interés de ir a jugar al golf o quieras compartir confidencias y convendrás, en que precisas, casi de inmediato contar tu historia, leyendo y potenciando los puntos emocionales que harán que el otro empatice, que debes escuchar atentamente y dar respuesta coherente a sus preguntas. También sabes, que debes preguntar para conseguir ser mucho más coherente en tus respuestas y que terminarás deseando compartir experiencias con esas personas para seguir conservándolas en tu vida. Si aumenta tu interés, no sólo les invitarás a compartir experiencias, también te ocuparas de crear aventuras para poder vivirlas aumentando el roce, sabiendo que aumentará el cariño, porque tú, en realidad, lo que buscas es ese cariño que conservará de forma permanente a tu compañero o compañera de juegos en tu vida.
Si eres capaz de comprender esto, eres capaz de entender el espacio de eventos, como ese momento que construyes de forma minuciosa para conseguir que tú y tus invitados puedan llegar a desear volver mañana a tu casa, para así seguir compartiendo increíbles veladas que os llevan a un mejor conocimiento del otro, obteniendo más roce, más cariño y más compromiso.