Revista Comunicación
Ciento cuarenta valientes que han decidido gobernar ellos mismos su destino. Ciento cuarenta familias a quienes el alcalde de Sevilla y su séquito de dirigentes en Tussam han ninguneado y les han faltado al respeto, intentando mancillar la dignidad de unas personas que lo único que pretenden es ganarse el pan de su gente trabajando de forma honrada. Claro que eso a Monteseirín le pilla bastante lejos. El alcalde se ha empeñado en demostrar que en su ciudad de las personas éstas son un cero a la izquierda, lo primero de lo que se prescinde y se tira a la basura, el lastre incómodo del que se desprende el ególatra cuya única meta es su beneficio personal a costa de lo que sea. Ellos están luchando por su futuro, por su esperanza de una vida mejor, más digna. El alcalde ya no tiene futuro, al menos como regidor de la ciudad. Son muchos los fallos cometidos, las falsedades lanzadas al viento para impregnar y ensuciar cuanto se cruce en el camino. Pero ellos saben que tienen razón y que tienen derecho. Por eso han decidido entrevistarse con todos, con el candidato socialista Juan Espadas también. El futuro alcalde de la ciudad tiene que saber que es la hora de las personas, las de verdad, no las que se dibujan como relleno en un cartel publicitario. Y también que es la hora del diálogo, del consenso y del acuerdo que abra puertas a la esperanza. Monteseirín ya ha puesto rumbo a la planicie del olvido. No creo que se le recuerde demasiado. Ellos seguramente menos que nadie, porque estarán inmersos en la defensa de lo que les corresponde por derecho. Y tienen todo el apoyo y toda la solidaridad de este blog, como no podía ser menos.