Páginas: 360
ISBN: 9788466794923
Precio: 14 €
Bienvenidos a Everlost
Nick y Allie son dos muchachos de catorce años que no se conocen de nada, hasta que ambos mueren en un accidente de tráfico en el que viajaban con sus respectivas familias. Cuando despiertan, se encuentran en Everlost, un lugar entre la vida y la muerte al que van a parar todas aquellas almas que no lograron encontrar la luz al final del túnel mientras fallecían. Curiosamente, allí solo hay niños y adolescentes; la ausencia de adultos se justifica con la explicación de que ellos tienen las cosas clarasy por ello no hallaron dificultades en ese último viaje. En apariencia, Everlost es como el mundo urbano que conocemos, con algunos matices: los edificios caídos y diversos objetos que estaban junto a los chavales en el momento de su muerte también cruzan la frontera (así, podemos encontrarnos con las Torres Gemelas de Nueva York, por ejemplo). Tal y como se dice en el libro, «Everlost es como un museo, una exposición de las creaciones humanas».
Los protagonistas enseguida se encuentran con novedades: tienen la misma apariencia que antes, pero pueden traspasar paredes y otras construcciones del mundo real, por lo que son como fantasmas. Además, no pueden deshacerse de la ropa que llevaban al morir, ni de los restos de chocolate que le quedaron a Nick porque estaba lo comiendo cuando se produjo el choque. No obstante, lo peor viene cuando conocen a más almas de jóvenes que les cuentan que en Everlost se pierde memoria paulatinamente, y cuanto más se esfuercen en recordar su nombre, su apariencia o cualquier otro aspecto de su vida anterior, con más facilidad lo olvidarán.
Pero no penséis que en Everlost todo es caos. Una de las adolescentes, Mary Hightower, se ha establecido como líder de los niños perdidos, los acoge a su llegada y les da la protección que necesitan. Es una chica bondadosa y paciente, que les insta a vivir cada día exactamente igual que el anterior, pues el tiempo en Everlost es infinito y ella considera que de ese modo se encuentran felices. Asimismo, Mary ha escrito libros con todo lo aprendido en sus años en Everlost —se incluyen fragmentos de los mismos entre capítulo y capítulo—, y es que este lugar esconde muchos misterios: un monstruo llamado McGill y otras criaturas extrañas de las que no se sabe a ciencia cierta si existen o son invenciones de la gente.
Sin embargo, la vida apacible de Mary y sus muchachos está a punto de cambiar. Tal vez puede controlar a los pequeños, pero Nick y Allie son prácticamente de su edad y, en especial ella, no están dispuestos a asumir su muerte así como así ni aceptan las directrices que les marca la guía. Con ellos, Everlost puede dar un giro… si es que logran vencer todos los peligros que hay en él.
Temas interesantes
Se tiende a meter las novelas de fantasía en el saco de lecturas intrascendentes que solo aportan entretenimiento. En este sentido, quiero alabar la pericia de Shusterman a la hora de plasmar temas delicados con tanto tino y crear personajes con una psicología cuidada, realista, que nada tiene que ver con los arquetipos que encontramos con frecuencia en el género. Por mucho que en la sinopsis algunas cosas os puedan parecer simples (como la existencia de monstruos), os aseguro que en la práctica nada es tan sencillo y el autor consigue hacernos reflexionar en numerosas ocasiones.
En primer lugar, el hecho de olvidar tu nombre, tu rostro y tu vida anterior pone los pelos de punta con solo pensarlo. Además de transmitir angustia, esta idea da mucho juego literariamente, ya que en determinados contextos que alguien no recuerde quién es (y como consecuencia, consiga engañar —intencionadamente o no— a los demás) puede proporcionarnos escenas de lo más interesantes. Neal Shusterman es plenamente consciente de lo que ha ideado y os aseguro que no desaprovecha ningún recurso. ¡En la recta final me sorprendió!
Por otro lado, Allie se niega a aceptar su muerte y su primer deseo al llegar a Everlost es visitar a su familia para saber si ellos han sobrevivido al accidente o no. Esta reacción visceral resulta muy creíble, pero ¿de verdad le conviene hacerlo? En su nuevo hábitat alguien le explica que puede llevarse una decepción, puesto que ver que los tuyos han rehecho su vida y no piensan en ti constantemente hace daño. Insisto, incluso en libros plenamente fantásticos como este, se consigue tratar cuestiones muy humanas.
Cambiando de tercio, la ausencia de quehaceres en Everlost provoca lamentos por el tiempo que se perdió en vida sin hacer nada. Del mismo modo, los protagonistas se plantean si realmente es bueno dedicarse a repetir las mismas acciones día tras día en esta «eternidad», tal y como predica Mary Hightower, o sería mejor arriesgarse, investigar, aunque eso pueda llevarlos a la desaparición. Pese a formar parte del contexto fantástico, este tema se aplica perfectamente a nuestra vida: ¿debemos conformarnos con lo que tenemos, o vale la pena arriesgar aunque nos demos un batacazo?
El libro en sí
Como veis, Neal Shusterman es un autor que sabe lo que se hace. Más allá de sus temas para pensar, quiero destacar que las tramas personales son soberbias. Tanto el «amor» —entre comillas porque es muy sutil, al menos en esta primera parte— como las relaciones de amistad me parecen creíbles, sanas, sin ese tufillo prefabricado que se ve tanto en la literatura juvenil. Además, la cosa no va cómo estáis pensando: tiene giros sorprendentes que me han encantado.
Es importante recalcar que a Shusterman le gusta trabajar con grandes grupos de niños y adolescentes. Ya lo hizo en Unwind y repite fórmula en Everlost, con un planteamiento muy distinto, eso sí. Pese a la gran cantidad de personajes que intervienen, no los he confundido y me he hecho una idea muy clara de cómo son, incluso con los secundarios que aparecen de manera ocasional. De los protagonistas, mi favorita sin duda es Allie, la chica guerrera que no teme al peligro, aunque reconozco que la inteligente Mary Hightower, con todo lo repelente que pueda resultar, también está perfectamente caracterizada. Me gusta que se reflejen tanto las virtudes como los defectos de todos ellos, sin idolatrar a uno ni crucificar a otro. La vida es una escala de grises, no existe lo blanco ni lo negro.
Y qué decir de la ambientación, de esa capacidad que tiene el autor para adentrarnos en una atmósfera tensa desde el minuto uno. Construye el mundo de Everlost sin descuidar ningún detalle ni desaprovechar los rasgos que le ha otorgado, lo tiene todo bien atado. Personalmente, me ha parecido un contexto muy original: el colectivo de niños perdidos está bastante visto desde El señor de las moscas (William Golding), pero un lugar en que las cosas se olvidan y hay tantos recovecos para indagar, no tanto. En ningún momento dejamos de aprender cosas sobre su funcionamiento, así de complejo es. Por una vez comprendo que el libro forme parte de una trilogía, pues merece la pena explorar más el espacio inventado.
Al igual que observé en Unwind, el estilo del autor se caracteriza por el uso de frases breves y un vocabulario asequible para los lectores. Escribe bien, su tono ayuda a mantener esa tensión de la que os hablaba y además consigue captar nuestro interés. No es una novela de aventuras trepidantes, pero no me ha aburrido en ningún momento y pienso que en el segundo libro ganará en ritmo, ya que no será necesario introducir poco a poco todas las particularidades de Everlost. En definitiva, que aunque estoy un poco cansada de tanta saga, esta vez merece la pena seguirla.
Con respecto a Unwind, he apreciado que hay varias similitudes en ambos libros: abundantes personajes y de diferentes edades, la forma en la que se encuentran los principales es a raíz de un accidente, y en general los dos se pueden englobar en el género del misterio. No obstante, os recuerdo que Unwind es una distopía futurista cuya gran baza se centra en el proceso en el que se «despedaza» a los adolescentes rechazados por sus padres o el gobierno; en cambio, Everlost nos ofrece fantasía pura y dura, con un mundo lleno de caracteres interesantes, poderes y otras mil cosas que descubrir. A decir verdad, no sé decir cuál me ha gustado más: Unwind impacta mucho, pero Everlost presenta un mundo tan chulo… Cada uno es bueno en su estilo.
Neal Shusterman
En algunas reseñas he leído que tachaban este libro de infantil. Sinceramente, pienso que los libros de este autor son aptos para jóvenes y adultos, se tratan tantos temas en su trasfondo que no entiendo que algunas personas no los valoren. Parece que porque los protagonistas tengan catorce años (oh Dios mío, dos menos de lo que marca la tendencia, ¡qué pecado!) ya no se puedan tratar ideas profundas, ni elaborar una trama de sentimientos bonita. En mi humilde opinión, en lugar de limitarnos a la historia evidente, deberíamos fijarnos en todo lo que transmite, porque Everlost supera con creces a casi todo lo que se publica actualmente. No es un Los Juegos del Hambre, pero vale muchísimo la pena.Sinceramente, no le veo ningún defecto digno de mención. Al principio me pareció que se tomaba alguna licencia (el accidente, un cambio de actitud en Allie un poco repentino, eso de que los adultos tienen las cosas claras…), pero son detalles que a medida que avanza la historia pierden importancia y se olvidan. Así pues, le perdono esas pequeñas licencias.
La trilogía continúa con Everwild y Everfound, ya publicados en inglés.
Enlaces de interés:
Lee el primer capítulo.
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Mi valoración: 7,5/10