Un equipo de investigadores del Centro Max Delbrück ha identificado una nueva función para la proteína PIEZO2: la mediación de la hipersensibilidad al dolor crónico. La investigación explica por qué los analgésicos que se dirigen a los canales de sodio dependientes del voltaje han resultado decepcionantes como objetivos clínicos.
La proteína PIEZO2 forma un canal iónico en los receptores sensoriales humanos que está involucrado en la comunicación del sentido del tacto al cerebro. Las personas con mutaciones con pérdida de función en el gen PIEZO2 son hiposensibles al tacto o las vibraciones suaves. Por el contrario, a los pacientes con mutaciones de ganancia de función en PIEZO se les suele diagnosticar trastornos complejos del desarrollo. Pero nunca se había demostrado si las mutaciones de ganancia de función son responsables de la hipersensibilidad mecánica.
Para estudiar esta conexión, crearon dos cepas de ratones denominados con ganancia de función, cada una de ellas con una versión diferente de un gen PIEZO2 mutado. Utilizando métodos electrofisiológicos midieron la actividad eléctrica en neuronas sensoriales aisladas de los ratones transgénicos. Descubrieron que, además de sensibilizar los receptores táctiles como se esperaba, las mutaciones hicieron que los receptores nociceptivos fueran mucho más sensibles a los estímulos mecánicos. Además, los investigadores descubrieron que los nociceptores se activaban con estímulos mecánicos que normalmente se experimentarían como un tacto ligero.
Una única mutación en PIEZO2 fue suficiente para cambiar la fisiología de los nociceptores de un tipo de neurona a otro. Y lo que es más importante, cuando se eliminó el estímulo, las neuronas siguieron funcionando. Este estudio es la primera vez que alguien relaciona las mutaciones de ganancia de función en el gen PIEZO2 con los receptores del dolor.
Los estudios clínicos han demostrado que en pacientes con síndromes de dolor crónico, como la fibromialgia y las neuropatías de fibras pequeñas, los nociceptores de las fibras C, que son los receptores sensoriales que inician el dolor, son hiperactivos. Cuando los investigadores registraron la actividad de los nociceptores en estas personas, descubrieron que estaban activos en ausencia de cualquier estímulo mecánico, pero el mecanismo no estaba claro.
Los hallazgos sugieren que un aspecto particular del mecanismo de apertura de los canales PIEZO2 podría ser el objetivo de nuevos analgésicos . Gran parte del esfuerzo en el desarrollo de nuevos analgésicos se ha centrado en los canales de sodio dependientes del voltaje, con un éxito limitado. Al abordar la causa raíz de la sensibilización de los nociceptores, los nuevos medicamentos podrían proporcionar un mejor alivio a los pacientes con dolor crónico.
El estudio fue publicado en la revista Brain.