Mi bisabuela siempre decía que no es más limpio la que más limpia sino el que menos ensucia, y es una gran verdad. Cuanta más porquería se evita que se acumule, menos tiempo y esfuerzo se necesitan para dejar la casa impoluta. Por no hablar de que tu hogar será más seguro y saludable siempre, no únicamente cuando haces zafarrancho de limpieza.
Por eso en este post quiero comentarte cuáles son algunos de los hábitos que ensucian tu casa y que te impiden mantenerla limpia fácilmente.
¿Te interesa este tema? Pues acompáñame, por favor...
✽ No descalzarse al llegar a casa. La suciedad, el polvo y los gérmenes que se acumulan en las suelas de los zapatos al caminar por la calle terminan por esparcirse por los suelos de casa, por lo que conviene quitarse el calzado según se llega de la calle.
✽ No limpiar las patas de tus mascotas al entrar por la puerta. Del mismo modo en el deberías quitarte los zapatos al llegar a tu hogar, también deberías limpiar el calzado de tu peludito y su pelo si se ha manchado con polvo, barro u hojas. Si no lo haces, la porquería terminará en el suelo... o en su interior cuando se lama para limpiarse.
✽ Dejar la entrada llena de cosas. Lo primero que vas a ver cuando llegas o te vas de casa en la entrada, por lo que debe estar siempre ordenada. Utilizarla para almacenar abrigos, chaquetas, bolsos, zapatos, llaves, cartas sin abrir y otros objetos más o menos inútiles es un error. Por una parte reducirás el espacio disponible, terminarás por no saber qué prendas tienes realmente y no podrás limpiar la zona realmente.
✽ No limpiar según se ensucia. Permitir que las manchas, churretes y mugre se acumulen impiden que tu hogar esté limpio y sea seguro. Por no hablar de que luego te dará más pereza limpiar y te costará más trabajo hacerlo.
✽ No devolver las cosas a su sitio cuando se usan. Si no pones cada cosas en su sitio una vez que las has utilizado abrirás la puerta al desorden, y el desorden lo es hacia una casa sucia y poco acogedora.
✽ No ordenar armarios y cajones de vez en cuando. Incluso cuando se es amante del orden, el uso y las prisas implican que su contenido se desordene y que haya que revisar si hay algo que hay que reparar, desechar o cambiar de ubicación.
✽ No vaciar las papeleras. Permitir que papeles y otros restos se amontonen en las papeleras es un mal hábito. Pon una bolsa para poder vaciarlas más fácilmente y para evitar que la propia papelera o contenedor se ensucien.
✽ Dejar las ventanas abiertas demasiado tiempo. Ventilar es algo fundamental, pero por una ventana abierta entran polvo, contaminación y polen que luego terminarán en todas las superficies de tu casa. Si vives en una zona con mucho tráfico, cerca de la playa, en zonas en las que se estén haciendo obras o en las que haya muchas partículas en el suelo o en suspensión, es mejor que reduzcas el tiempo en el que ventilas tu casa.
✽ Limpiar con elementos sucios. Si la escoba, la fregona, los paños, las bayetas y otros elementos que utilices para asear tu casa no están limpios, lo único que harás es extender la mugre que hayan acumulado, sumándola a la suciedad que ya existía. Procura que todas estas herramientas siempre estén impecables.
✽ Dejar todo tipo de objetos sobre la encimera. Una encimera siempre atestada es una superficie siempre sucia, porque es difícil de limpiar y en la que la porquería se acumulará con mayor facilidad.
✽ Olvidarse de los electrodomésticos. No ocuparse de limpiar el horno, el microondas, la cocina, el lavavajillas, la nevera, los robots de cocina o la cafetera es una idea mala y poco higiénica, porque se usan prácticamente a diario y en ellos se almacenan o se procesan alimentos. Y debe hacerse por fuera... y por dentro.
✽ No limpiar mientras se cocina. Si no vas lavando los utensilios de cocina según los usas, implicará que acabes con una pila de ollas, sartenes, platos y cubiertos que luego te costará más lavar. Además, es más fácil que tengas un accidente mientras cocinas.
✽ No cambiar con frecuencia los paños de cocina. Incluso aunque sólo los utilices para secar la vajilla o tus propias manos después de lavártelas, los residuos de jabón, la humedad y los restos de suciedad sea acumularán en ellos.
✽ No lavar los estropajos y bayetas. Si los paños se manchan y contaminan mucho y hay que lavarlos, los estropajos y las bayetas todavía lo hacen más, por lo que es muy importante lavarlos y desinfectarlos, preferentemente a diario. Si no se higienizan, pueden acumular más gérmenes, bacterias y hongos que el inodoro.
✽ No cambiar los estropajos y bayetas de forma periódica. Incluso aunque se laven y desinfecten, es importante sustituirlos con cierta frecuencia, porque se deterioran mucho con el uso y llega un momento en el que ni limpian ni se pueden higienizar lo suficiente.
✽ No sacar la basura y no llevar los residuos al contenedor. La basura acumulada fomenta la aparición de bacterias y otros microorganismos nocivos, además de desprender mal olor y ocupar un espacio que generalmente no nos sobra a la mayoría.
✽ Dejar la tapa de inodoro levantada, especialmente al tirar de la cadena. Si no cierras la tapa, con cada descarga de la cisterna saldrán despedidas bacterias y partículas microscópicas de suciedad y malos olores que acabarán por posarse en todas las superficies del baño.
✽ No cambiar las toallas cada pocos días. Las toallas acumulan restos de suciedad, células muertas, residuos jabonosos y humedad, lo que las convierten en caldo de cultivo de todo tipo de gérmenes y moho, además de ser una fuente de malos olores.
✽ Dejar la ropa tirada por cualquier parte. La ropa usada en el suelo, sobre la cama o las sillas se deteriora más, se ensucia más y puede contaminar las superficies sobre las que se deje. Utiliza un cajón o recipiente para este fin, procurando que las prendas puedan respirar, para que no aparezca moho con la humedad.
✽ Dejar la ropa en la lavadora. Si no sacas las prendas del tambor según termina el programa, comenzará a crecer el moho y los malos olores, lo que es perjudicial para tu salud... y para tu olfato. Por no hablar de que puede estropear el electrodoméstico. No te olvides de dejar abiertos el tambor y el cajetín del detergente unos minutos para que se sequen antes de cerrarlos.
✽ No recoger la ropa del tendedero cuando está lista. Si no quitas la ropa del tendedero o de las cuerdas cuando se haya secado, el polvo y la suciedad se depositarán sobre la ropa limpia, lo que habrá echado por tierra el trabajo de lavarla y tenderla.
✽ Dejar que la ropa para planchar se acumule. Si dejas que el montón de prendas para planchar crezca y crezca, lo único que conseguirás es que las arrugas se marquen más, que sean más difíciles de planchar al quedar los tejidos excesivamente secos y que se llenen de polvo.
✽ No hacer la cama. Si no la haces por la mañana, el polvo y otros elementos desagradables se depositarán sobre las sábanas, y eso significa que dormirás entre suciedad toda la noche, aunque no la veas.
✽ No dejar que las sábanas de aireen antes de hacer la cama. Es muy importante que las sábanas y el resto de ropa de cama se sequen, puesto que se humedecen con el sudor de la noche. Además es importante sacudirlas y estirarlas bien para eliminar cualquier resto de polvo, células muertas, cabellos y otros residuos.
✽ No barrer y fregar el suelo de la cocina y el baño. Es un mal hábito que permite que la porquería y las manchas se acumulen, precisamente en las estancias de la casa que más se usan y en las que más importante es la higiene.
✽ Aspirar antes de limpiar el polvo. Al pasar el paño o el plumero, hay una cantidad de polvo que se mueve y termina en el suelo, por lo que conviene aspirar al final para eliminar esas motas que hayan podido caer.
✽ Barrer después de limpiar el polvo. Al barrer se mueve el polvo y acaba por posarse de nuevo en las superficies. Por eso es más eficiente y saludable pasar la escoba primero y luego limpiar el polvo.
✽ Fregar sin haber barrido o aspirado antes. Al pasar la fregona por un suelo sucio, lo único que conseguirás es extender la mugre por toda su superficie, creando un barrillo desagradable y poco higiénico.
✽ Utilizar herramientas de limpieza para cualquier fin. Deberías emplear un estropajo y una bayeta para el baño y otros dos para la cocina. En la cocina sería conveniente que tuvieses un estropajo y/o esponja para la vajilla y otro para las encimeras, los muebles y los electrodomésticos. Sería recomendable tener una fregona para el baño y otra para el resto de suelos (por higiene y porque se suelen limpiar con productos diferentes).
✽ Emplear demasiada cantidad de productos de limpieza. Cuando se usan en exceso, los limpiadores crean una película sobre las superficies que impide que actúen y que permite que la porquería se quede pegada en ella, dejándolas poco higiénicas y con un aspecto mate.
Puede parecer que eliminar estos hábitos es algo difícil y tedioso, aunque lo cierto es que únicamente hay que cambiar los negativos por otros positivos que te ayuden a tener una casa siempre limpia. Y créeme, cuesta el mismo esfuerzo una cosa que otra, aunque no lo parezca a primera vista. Quizás la mayor dificultad reside en decidirse a cambiar de costumbres...
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La primera vez que apareció el post Evita Estos Hábitos y Mantén Tu Casa Siempre Limpia fue en el blog de La Meiga y Su Caldero.
Evita estos hábitos y mantén tu casa siempre limpia by La meiga y su caldero - Arancha Moreno is licensed under CC BY-NC-ND 4.0