En nuestra propia cocina y en los alimentos que hay en ella acechan las bacterias, los virus, los parásitos, las toxinas o químicos y que pueden dañar seriamente la salud; especialmente en el caso de lactantes, niños pequeños, ancianos, embarazadas o personas con enfermedades crónicas. Y no hay que perder de vista que algunas intoxicaciones pueden ser mortales, así que es mejor no tomarse este asunto a la ligera.
Los alimentos que más fácilmente se contaminan son la carne cruda y precocinada, el pollo, el pescado, el marisco, los huevos crudos, los patés, los quesos cremosos o la leche que no ha pasado por el proceso de pasteurización. Aunque casi cualquier alimento es susceptible de contaminarse si se dan las condiciones adecuadas.
Por todo ello a continuación te comento lo que no debes hacer nunca en tu cocina para evitar las intoxicaciones alimentarias.
La higiene... o la falta de ella
Ciertas malas prácticas relacionadas con la higiene pueden poner en peligro tu salud y la de los tuyos. Aquí tienes algunos ejemplos:
- No lavarte las manos con agua tibia y jabón cuando comiences a preparar los alimentos (al menos 20 seg. e insistiendo entre los dedos y las uñas) y cuando sea necesario a lo largo del proceso de preparación. También después de tocar alimentos crudos, frutas, verduras, latas y envases.
- No mantener los estropajos, bayetas y paños extremadamente limpios. Estos elementos pueden contaminar los utensilios de cocina y alimentos si no están impolutos.
- No cambiar los paños de cocina con frecuencia. Lo ideal sería cambiarlos a diario si les das mucho uso.
- No mantener las encimeras y las superficies de la cocina que van a estar en contacto con alimentos en buenas condiciones higiénicas.
- No limpiar la campana extractora con frecuencia. La grasa y otros residuos pueden acumularse y gotear sobre los alimentos que se están cocinando, contaminándolos.
- Utilizar la misma tabla de cortar y el mismo cuchillo para procesar distintos alimentos crudos y cocinados, sin lavarlos previamente.
- Almacenar comida con productos de limpieza en el mismo espacio. Los limpiadores pueden derramarse o desprender productos tóxicos que contaminen tus alimentos.
Las prisas no son buenas...
Cocinar con prisas o haciendo muchas cosas a la vez es muy habitual, pero poco recomendable. Si tu cocina se parece a un campo de batalla, lo más probable es que te olvides de alguna de las medidas básicas de higiene y aumentes las probabilidades de intoxicación.
Cuestión de temperatura
No cocinar o conserva los alimentos a una temperatura correcta puede ser motivo de una intoxicación alimentaria. Algunos de los errores más frecuentes son:
- No calentar la comida fría (de la nevera) a más de 75º C durante al menos 1 minuto. Aunque esté fría y cocinada, la comida puede contener bacterias que es necesario neutralizar con calor antes de comer.
- Dejar comida ya cocinada mucho tiempo fuera de la nevera o el congelador. La temperatura y el oxígeno convierten ese plato tan delicioso en un parque temático para los microorganismos nocivos para tu salud. Nunca deberían dejarse en el exterior más de 2 horas.
- Dejar alimentos cocinados dentro del horno o el microondas para que lo consuman otros más tarde. Es una mala práctica, sobre todo si se van a exceder las 2 horas que te comentaba en el punto anterior, porque las posibilidad de contaminación se multiplican. Así que si tu pareja o tu hijo va a llegar tarde a cenar, es mejor que saque el plato de la nevera y se lo caliente en un momento.
- No congelar el pescado. Aunque pienses que la congelación hacer perder cualidades organolépticas al pescado, lo cierto es que no merece la pena correr el riesgo de verte las caras con el Anisakis entre otras lindezas por un (supuesto) mejor paladar.
- Descongelar a temperatura ambiente, especialmente si hace mucho calor.
Almacenamiento incorrecto
Conservar los restos de alimentos enlatados en la nevera dentro de la propia lata es una malísima idea. Las posibilidades de contaminación se incrementan con esta práctica. Te recomiendo que guardes las sobras en un recipiente con tapa en lugar de la lata.
Guardar en la nevera alimentos cocinados y crudos si hay posibilidad de que se produzca contaminación cruzada te puede poner en peligro. Al cocinarlos los patógenos se eliminan, pero se pueden volver a contaminar si entran en contacto con comida cruda que sí los contengan. La creencia popular es que hay que dejar enfriar la comida totalmente antes de introducirla en la nevera o el congelador, aunque esto no es así. Con que se templen lo suficiente para no dañar el electrodoméstico o el resto de alimentos es suficiente.
Carnes, pescados, mariscos y pollo
Cuidado con estas prácticas, porque son potencialmente peligrosas:
- Comprar carne picada que no te preparen en el momento de la compra. Este tipo de alimento cuando ya está procesado multiplica las probabilidades de contener bacterias. Mejor pide que el carnicero te la pique en el momento.
- Cocinar poco las carnes, pescados y pollo, puesto que el calor no llegará al interior del alimento y si hay bacterias dañinas acabarán en tu cuerpo. De hecho, se recomienda que los alimentos se cocinen por encima de los 70º C. Y si es posible, hacerlo entre los 80 y los 100º C para eliminar todas los microorganismos dañinos.
- Comer carnes, pescados o pollo frescos pasados los 2-3 días dentro de la nevera. Ingerir alimentos cocidos, hervidos o fritos pasados 2-3 días dentro de la nevera. Especialmente carnes, pescados, pollo y verduras. O comerlos pasados los 4-5 días si se han preparado en forma de escabeche o ahumado.
- Lavar el pollo. Aunque puede parecer una medida básica de higiene, lo cierto es que las bacterias (Campylobacter jejuni) que puede haber en este alimento son capaces de contaminar las manos y todas las superficies durante el lavado, extendiéndose a través de las salpicaduras del agua.
Huevos
El humilde, versátil y delicioso huevo es, junto con las carnes y pescados, uno de los alimentos más peligrosos si no se utilizan correctamente. Ten cuidado de no cometer estos errores:
- Lavar los huevos crudos antes de guardarlos. La humedad reblandece su cáscara y las bacterias que pueda haber en su superficie pueden migrar a su exterior. Si quieres lavarlos, hazlo justo antes de usarlos.
- Hacer mayonesa y otros preparados con huevo crudo con mucha antelación o conservar las sobras en la nevera. Si va a hacer esta deliciosa salsa en casa, que sea justo antes de comer y solo en la cantidad justa que vayas a necesitar, para que no tengas tentaciones de guardarla para después. El huevo es uno de los alimentos que puede contener diferentes tipos de bacterias perjudiciales, la temida Salmonella entre ellas.
- No cuajar bien las tortillas y utilizar el mismo plato con el que les hemos dado la vuelta para servir. Si el huevo no está bien cuajado, ocurre lo mismo que con la mayonesa, las probabilidades de intoxicación aumentan.
- Separar las yemas de las claras con la propia cáscara. Si la superficie está contaminada pueden acabar extendiendo los patógenos al huevo.
Frutas y verduras
Las frutas y verduras también pueden estar contaminadas y darte más de un disgusto. Cuidado con:
- No eliminar las hojas exteriores de las verduras de hoja verde. Estas hojas son las que han estado en contacto con la tierra y que han sido manipuladas, así que es conveniente retirarlas para evitar riesgos.
- No lavar las verduras y frutas, incluso si se van a pelar. Puedes lavarlas únicamente con agua, o añadir una cucharadita de bicarbonato o unas pocas gotas de lejía alimentaria y dejarlas en remojo unos minutos y aclarar después.
Leche
No debes beber leche no pasteurizada, nunca. Por mucho que te guste y por muy natural que te parezca, es un peligro para tu salud. Puedes encontrarte con bacterias tan poco amistosas como la Campylobacter jejuni o la Escherichia coli.
Caducidad
Comer alimentos que hayan excedido la fecha de caducidad no es nada recomendable. Recuerda que una cosa es la fecha de consumo preferente y otra distinta la de caducidad. Si quieres evitar que los alimentos venzan, haz la compra con cabeza, coloca lo que caduque antes a la vista y revisa periódicamente tu nevera y tu despensa.
No te arriesgues...
Finalmente quiero advertirte de otras prácticas de riesgo a evitar:
- Consumir alimentos de origen desconocido y sin control sanitario es muy mala idea. Comprar comida en puestos callejeros sin control o procedentes de explotaciones agrícolas o ganaderas piratas pueden poner en peligro tu salud.
- Consumir alimentos enlatados cuando la lata estén abombada o golpeada. ¿Has oído hablar de la toxina botulínica (Clostridium botulinum). Pues es la que te puedes encontrar en este caso, así que desecha las latas que no estén en buen estado.
- Consumir un alimento que parece en malas condiciones, por si acaso. Si huele mal, se ve mal y sabe mal, lo más probable es que esté malo, así que deséchalo. No te arriesgues.
Cuidar la alimentación es importante, pero no sólo en cuanto a su cantidad y calidad nutricional, también es importante manipularla y conservala adecuadamente para evitar que perjudique nuestra salud.
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La primera vez que apareció el post Evita las Intoxicaciones Alimentarias en Tu Cocina en el blog de La Meiga y Su Caldero
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