No es la primera vez que llega a mí una persona para contarme que ha sido engañada por una editorial, que terminó perdiendo, que le han visto la cara… Pero esta semana me enteré de cuatro casos que me apenaron mucho, y que lamenté por el hecho de haberles sucedido a cuatro personas que leen este blog.
Se repite la historia. Primero te sientes atraído por la literatura y la escritura. Lees mucho y comienzas a escribir tus primeros cuentos. Participas en comunidades de escritores nóveles y lees blogs literarios. Aprendes alguna que otra técnica, compartes tus escritos en las redes sociales y atormentas a todos con frases y memes sobre el oficio de escritor.
Cuando llegas a ese punto, estás a un paso de convencerte de que eres capaz de escribir un libro. Al fin de cuentas, has leído lo que escriben otros novatos y estás seguro de que puedes hacerlo mejor… Sacas ideas de aquí y de allá, mezclas los recursos que conoces, estructuras tu novela en partes y ¡te pones a escribir!
Un tiempo después, terminas de escribir tu obra maestra. ¡La amas! ¡Salió de ti! ¡Es mejor que el último bestseller! Celebras por todo lo alto: comentas con otros tus resultados, te compras algo que querías y te tomas un buen vino con tus seres queridos. ¡Te sientes escritor y así te presentas a los demás! Y luego corriges una o dos veces porque te lo he repetido en incontables ocasiones. Pero antes de pensar en la autopublicación, decides intentar con una editorial.
La búsqueda en Google te abrió mil caminos. ¡Los tomas todos! ¡Estás desesperado! Y solo quieres ver por fin tu obra impresa en papel. Recibes algunos rechazos. Otras editoriales jamás te contestaron. Te deprimes y te quejas con todos por el ingrato oficio del escritor.
Pero un día recibes el correo electrónico de una editorial que se interesó por tu obra, ¡que está dispuesta a publicarte! Te prometen villas y castillas. ¡Serás el descubrimiento literario del año! No te lo piensas dos veces, confías tu obra, ¡todo!, en esta editorial, y firmas el contrato sin siquiera leerlo detenidamente.
¡Error de novato! Te cegaste. Te dejaste llevar por el deseo de ver tu libro publicado. No pensaste como un ser lógico. Y ahora te han robado tu obra, tienes que desembolsar una cantidad exagerada de dinero para la impresión, te ves con diez cajas de libros en tu casa (que debes vender tú mismo), la maquetación y la portada son un asco… La editorial se olvidó de ti, no atiende tus quejas y terminas maldiciendo todo el mundo editorial.
¿De quién es la culpa? TUYA. Tú escribiste el libro. Si esa editorial te contactó fue porque tú lo hiciste primero con ellos. Tú perdiste el raciocinio. Tú firmaste un contrato sin conocimiento. Tú, solo tú, delegaste tu obra al primer postor.
Y para no caer en este error tienes que conocer el mundo editorial, cómo es el proceso de gestación de un libro, quiénes forman parte de esta cadena, cómo proteger tu propiedad intelectual, qué estipula la ley en tu país sobre el tema, cómo se reparten los dineros, qué tipos de contrato o licencias existen…
- No puedes estar enviando tu obra a cualquier persona o entidad sin haberla protegido antes, sin que te la haya pedido, sin que les conozcas y estés seguro de su profesionalismo. Esto es regalar tu trabajo. Es mendigar una lectura o una oportunidad.
- No puedes cederle todos los derechos a una editorial. No existe ninguna que publique en papel, en digital, en audiolibro y en todos los formatos habidos y por haber, incluyendo el cinematográfico, y que para colmo lo haga en todos los idiomas y países.
- No te atrevas a firmar un contrato que no entiendes. Si no dominas el dialecto jurídico, busca ayuda de otra persona. Tampoco te sientas presionado por la editorial. Si te pone fechas límite, es para obligarte a firmar rápido.
- No seas ingenuo. Si tienes que pagar para que te editen, maqueten, diseñen una portada, promocionen, impriman y vendan… ¡estás autopublicando! La única diferencia es que todo lo está haciendo una misma agencia que se hace llamar «editorial», y no estás pagando los servicios por separado o los estás haciendo tú mismo.
Todo escritor debe aprender a negociar con una editorial. Es importante que se establezcan cuáles serán tus ganancias (en papel y digital), qué dice la ley sobre esto, cada cuánto tiempo te llegarán tus regalías, cómo puedes fiscalizar la veracidad de los datos que te entregan, cómo promocionarán tu libro, en qué actividades debes participar, quién corregirá y editará el manuscrito, cuándo te entregarán una maqueta para dar el visto bueno, quién se ocupará de la portada, dónde y cómo se venderá la obra, cuáles son los plazos del contrato, qué derechos vas a ceder, en qué idiomas y territorios se explotará la obra, quién te representará…
No quiero tener que leer una vez más que uno de los lectores que me sigue semana tras semana cae en las estafas de las editoriales piratas. No porque no quiera que se desahoguen conmigo en privado, sino porque les he repetido lo mismo en varias ocasiones, y el que no sigue consejo no llega a viejo.
Dentro de los servicios que ofrezco está la Gestión Editorial, pero si me buscas después de que te engañaron, ya no podré hacer nada. ¡No te dejes engañar! Edúcate, infórmate y ayuda a otros aprendices de escritor compartiendo esta entrada. :)