El artículo Evitar las Estrías en el Embarazo aparece en consejos
Una de las principales secuelas estéticas del embarazo es el desarrollo de estrías.
La principal causa de la aparición de estas marcas en la piel es la suma de la distensión a la que se ve sometida la piel junto con una falta de elasticidad. Por ello, suelen aparecer durante el tercer trimestre, cuando hay mayor crecimiento de los tejidos, como el pecho, el vientre o los glúteos. Existen otros factores que también influyen en que la piel sufra este deterioro, como la genética, la dieta y los hábitos de vida.
Cuando la piel está encuentra bien hidratada y nutrida es elástica, y tiene la capacidad de recuperar sus dimensiones iniciales. Pero si no se encuentra en un buen estado, o está muy envejecida (como ocurre con pieles que han estado excesivamente expuestas al sol), el rápido estiramiento cutáneo que se produce durante el último trimestre del embarazo puede causar desgarros en la dermis, apareciendo las estrías.
Una dieta equilibrada y rica en compuestos nutritivos, así como unos cuidados básicos de la piel y el ejercicio físico moderado pueden evitar que aparezcan las estrías o, al menos, que sean de pequeña magnitud.
La dieta es un punto clave para prevenir las estrías. Ha de contener suficientes grasas de calidad, como el aceite de oliva, los aceites de semillas, frutos secos y pescados. También debe aportar las proteínas que dan firmeza y elasticidad a la piel y vitaminas, teniendo especial importancia para el cuidado de la piel las vitaminas C, E y los Beta-carotenos, por su papel antioxidante y protector de la piel y mucosas.
Para asegurar una buena hidratación es imprescindible beber suficiente líquido, de 1,5 a 2 litros de agua al día, pudiendo sustituirse por infusiones sin azúcar o por caldos ligeros de verduras.
Para proteger la piel de los agentes externos que pueden resecarla es conveniente aplicar dos veces al día, sobre la piel húmeda, aceites vegetales, como el de almendras dulces, el de rosa mosqueta (excelente regenerador de la piel) o los de argán y karité para las pieles más resecas.
El ejercicio físico moderado también ayuda a mantener la firmeza y la elasticidad en la piel, ya que mantiene el tono muscular y favorece la circulación, y con ello la llegada de sustancias nutritivas a la piel.
La exposición al sol durante el embarazo debe ser mínima, y siempre utilizando un protector solar adecuado. El sol favorece la aparición de manchas en la piel y además la reseca y hace sus fibras menos flexibles, siendo más probable la aparición de estrías. Después de exponerse al sol se aconseja recuperar la piel con una crema muy nutritiva y con alto contenido en vitamina C y antioxidantes.