La estrategia chilena fue clara: no poner el tema de la demanda por salida soberana al mar de forma explícita en los 15 minutos que tuvo la presidenta Michelle Bachelet, para hacer su discurso ante la 69° Asamblea General de Naciones Unidas. Quien sí lo hizo, cuestión que estaba dentro de las posibilidades que barajaba el gobierno, fue el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien apeló “al derecho histórico del pueblo boliviano sobre su acceso al mar, derecho pisoteado por una brutal invasión promovida por el interés empresarial y colonial”, al comenzar los casi dos minutos que dedicó al tema en su turno de la tarde, horas después de que lo hiciera Bachelet.
El mandatario altiplánico fue más allá, y refutó de forma tajante la tesis chilena, en torno a que esta demanda alteraría el orden internacional y de límites. Tesis que la presidenta sí planteó en su alocución, refiriéndose, eso sí, a la crisis que se vive en Ucrania: “Queremos reafirmar nuestra convicción -dijo- sobre la necesidad de respetar la estabilidad de las fronteras. El derecho internacional es claro y tajante: cualquier acción destinada a afectar los tratados de límites vigentes abre espacios para la incerteza jurídica”.
Luego la Presidenta- en el punto de prensa que efectuó en los jardines de la ONU frente a Long island, la que fuera su residencia por tres años-y al ser consultada sobre si se refería o no a los problemas limítrofes que tiene nuestro país con Perú y Bolivia, respondió que que sus palabras fueron referidas al conflicto en Ucrania.
La tesis del orden internacional
Dicha tesis expresada por Bachelet se enmarca en los mismos puntos planteados en el boletín informativo que preparó la Cancillería hace algunos meses titulado “Chile y la aspiración marítima boliviana: Mito y Realidad”, en donde en el capítulo tercero trata lo que está en juego en el normal desarrollo de las relaciones internacionales en el respeto a los tratados vigentes. En ese plano las palabras presidenciales coinciden con uno de los argumentos comunicacionales preparados por el gobierno en orden a exponer ante el mundo la postura chilena. Claro que en esta oportunidad, La Moneda también apeló a otra de sus estrategias: este tema radica solo en La Haya, y no debe ser tratado en foros internacionales.Y en ese contexto, la respuesta de Morales fue inmediata y focalizada en lo expresado por Bachelet en la mañana: “Nuestra demanda no busca alterar el orden internacional de límites ni fronteras, ni amenazar tratados internacionales, tal cual pretende hacer creer el gobierno de Chile; al contrario Bolivia invoca el derecho internacional y sus principio apara resolver de manera concertada y de buena fe el acceso soberano al Pacífico”, enfatizó. Al finalizar, hizo un llamado a los países miembros de la ONU a acompañar a ambos países en este “desafío de paz y derecho”.
Réplica
A última hora de ayer la Cancillería envió una réplica a la secretaría de la ONU en respuesta a los dichos del presidente boliviano. La carta fue elaborada por la misión chilena en el Ministerio de Relaciones Exteriores y fue distribuída a todos los países.