Revista Cine

Evolución de la representación de la masculinidad en el cine español

Por Joaquimmontaner

Hoy te traigo íntegro el trabajo de Inmaculada Álvarez Suárez, publicado en Rinconete, del Centro Virtual Cervantes. ¿qué te parece la reflexión de la autora? ¿estás de acuerdo con lo que comenta?

Para mi el trabajo es demasiado corto y con poco detalle (quiero entender que se trata de una síntesis de un trabajo de investigación bastante más amplio), pero que pulsa algunas teclas bastante interesantes.

cuenta en los comentarios :-)

 

Evolución de la representación de la masculinidad en el cine español

Por Inmaculada Álvarez Suárez

Desde finales de los noventa, el cine español abandona los modelos de una tradicional masculinidad basada en estereotipos representativos del «caballero español» y del, bautizado coloquialmente, «macho ibérico» (versión castiza y vulgar del primero), y comienzan a producirse una serie de películas donde se representa este modelo ridiculizado a través de una especie de revival sarcástico de la llamada «españolada». Personajes como Torrente, interpretado por Santiago Segura en la película que también dirigió, Torrente, el brazo tonto de la ley (1998), representan una crítica cómica de ciertos personajes masculinos típicos del cine español de los años sesenta, como los interpretados por Alfredo Landa en aquel estilo conocido como «landismo»: personajes incultos, torpes, machistas y xenófobos, pero siempre seductores. La tradicional masculinidad española basada en modelos patriarcales, bajo estereotipos de «conquistador», es representada como anacrónica y ridícula sobre los tópicos característicos del «machismo ibérico»: vulgaridad, patriarcalismo y xenofobia.

Desde la década de los ochenta, la crisis de la masculinidad convencional se convierte en tema recurrente en la sociedad española y su producción cultural, y se generan nuevas representaciones alternativas a los modelos tradicionales. Esta revisión de los valores masculinos es consecuencia tanto del profundo cambio del papel social de la mujer desde el fin del régimen franquista, en 1975, como de la transformación de la institución familiar a partir de la aprobación de la Ley de Divorcio, y la institucionalización del movimiento feminista con la creación del Instituto de la Mujer, en 1982, o la ley sobre la legalización parcial del aborto. Esta transformación del papel de la mujer española implica también un cambio en la representación de la masculinidad. El movimiento cultural de la Movida, que se prolonga durante toda la década de los ochenta, supone una revolución en las artes, la estética y las ideas. La sexualidad se define desde la desinhibición y la ambigüedad, tanto genérica como en las actitudes, y la homosexualidad y el travestismo pasan a tener la figura delDrag Queen como icono. Pedro Almodóvar crea filmes donde los personajes masculinos rompen los tradicionales estereotipos del hombre español: son hombres urbanos que juegan a la ambigüedad sexual (Femme Letal [Miguel Bosé] en Tacones lejanos, 1991) o muestran su homosexualidad (Pablo Quintero [Eusebio Poncela] y Antonio Benítez [Antonio Banderas], en La ley del deseo, 1986). Posteriormente, Bigas Luna plantea una deconstrucción de los valores y los símbolos fálicos que representan típicamente la masculinidad española: desde el toro en Jamón jamón(1992), a la figura de los castellets (torres humanas típicas en las fiestas populares de Cataluña) en La teta y la luna (1994), o la explícita referencia a la genitalidad en Huevos de oro (1993), filme donde Javier Bardem, al igual que hiciera en Jamón jamón, interpreta el típico personaje representativo del llamado «macho ibérico», exagerando el estereotipo y construyendo así una visión anacrónica y ridícula de este modelo de masculinidad. El éxito de audiencia de estas películas, además de la popularidad de personajes como Torrente, que inició una saga, sugiere también una trasformación en una sociedad española que al inicio de 2000 ya había evolucionado hacia nuevas formas de conceptualización sobre género; el cine se hacía así eco de este cambio social a través de estas nuevas representaciones de la masculinidad.


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