Proliferan por todas partes los nuevos gurús, astrólogos, adivinos, médiums, brujas, hechiceros, chamanes, sanadores del alma, del espíritu, de la nueva conciencia, viajeros astrales, equilibradores de chacras, guardianes del secreto, y hasta gente que visita unos archivos akásicos, que por lo visto se trata de una especie de biblioteca universal en la que se encuentra escrita las vidas pasadas y futuras de la historia de la humanidad…Te equilibran la energía, te alivian los dolores, te abren la mente y te elevan hacia un nuevo estado de conciencia colectiva, amparándose en los enigmas de la física cuántica ¿¿??. Realmente la característica humana más osada es la ignorancia y también puede convertirse en la más peligrosa.
Siempre he creído que si alguien paga para que le equilibren los chacras y eso le reconforta, es un método como cualquier otro de invertir sus excedentes materiales en sí mismo (que estén pendientes de ti siempre es reconfortante en una sociedad cada vez más individualista y creo que hasta puede conseguir que no se somaticen las tensiones diarias) y una opción personal tan respetable y válida como cualquier otra; hay quien se lo gasta en videojuegos o en renovar cada año el fondo de armario, o el ultimo modelo de coche; todas las opciones son válidas y respetables; lo que no quiere decir en absoluto que las comparta.
Pero en el momento que es la soledad, la desesperanza, el dolor, el desarraigo, la enfermedad o la angustia vital de una persona con lo que se mercadea, la cosa me empieza a parecer más que peligrosa. ¿Qué está pasando para que cada vez más gente se deje embaucar por charlatanes salvadores del mundo? Su difusión parece imparable, y su poder de persuasión resulta cuanto menos inquietante; ¿realmente estamos ante una nueva conciencia colectiva? amen de ser un negocio que mueve cantidades descomunales de dinero o ¿estamos ante una nueva religión?; que capta adeptos a la misma velocidad que vamos perdiendo los valores, claro que las dos últimas opciones pueden ser complementarias, tenemos muchos ejemplos en nuestra historia.
¿Quizás el problema este en mí al no ser una de las elegidas? ¿Carezco de espiritualidad? Frente a la marabunta de personas iluminadas por la varita de la fe, empiezo a preguntarme que quizás sea yo quien está equivocada al pensar que la única fuerza que mueve a la persona es su propio yo interior, o como me dijo una amiga (creyente de algunas de las disciplinas antes mencionadas) “solamente es porque no ha llegado tu momento”, claro ante esa contundencia te quedas a cuadros, es una manera muy elegante de cerrarse al debate e intentar darle racionalidad a algo que carece de ella.
Prefiero no opinar más, porque entre otras cosas carezco de los datos suficientes al no pertenecer al círculo de los elegidos, pero es evidente que la sociedad está cambiando y no me gusta lo que se adivina.
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