La Sociedad-Red, como la denomina el sociólogo catalán Castells, desarrolla sus pilares en valores y principios , es una nueva realidad política impulsada por un cambio, que de nuevo es tecnológico y comunicativo. Nos encontramos con Política y gobiernos sacudidos por conversaciones públicas de alcance global y sin límites territoriales.
El papel de la comunicación del hecho político, en este nuevo contexto en el que nos desarrollamos, es más amplio que el impuesto por la comunicación tradicional, dependiendo no solo del uso de los nuevos medios, sino también del uso de los nuevos lenguajes y las formas de comunicar. De esta forma, la comunicación política eficaz en sociedades democráticas, interconectadas y libres, deberá potenciar y difundir valores que contribuyan a la regeneración democrática, de manera clara, directa y conectando con las y los usuarios.
Internet se ha convertido en la fuente de información y el mejor canal para difundir cualquier crisis política, de gobierno o de la ciudadanía, disminuyendo el poder de grandes medios de comunicación, redefiniendo los roles en el proceso de comunicar y en donde cualquier persona puede producir un mensaje de gran impacto.
Los valores y principios de las nuevas formas de comunicar con las herramientas digitales han marcado también una crisis de mediación y representación, ante la fluidez de la información que diariamente se genera y debido a la constante exhibición de las acciones ante el escrutinio público. De tal forma que en la actualidad cualquier acto deshonesto o corrupto queda expuesto a millones de pensamientos críticos.
Ante el pensamiento analítico, libre y exigente de la Sociedad-Red, las instituciones de gobierno y partidos políticos se enfrentan a la pérdida de credibilidad y respaldo social, debido a la desconfianza de la ciudadanía con respecto a las estructuras del pasado, estrechamente ligadas al control, la centralización del poder, ocultamiento de la información, opacidad y corrupción, agravada esta situación por una evidente carencia de liderazgos.
Las y los ciudadanos que hacen uso de las tecnologías, son ahora los protagonistas de esta evolución en la forma de comunicar, en un momento donde todos los días surgen movimientos sociales, nuevas maneras de interactuar, comunicar y participar, para descubrir juntos otras posibilidades de compartir ideas e iniciativas para generar, a partir de la diversidad de opiniones, un nuevo conocimiento colectivo aplicado para innovar en la forma de gobernar y hacer política.
La transformación de la comunicación política nos obliga a centrar nuestra atención en el uso de las herramientas digitales para la organización, comunicación y acciones comunes, de manera táctica y estratégica, potencializando la capacidad de las colectividades conectadas en red con fines políticos -que no es lo mismo que partidistas o gubernamentales-, permitiendo nuevas formas de informarnos e informar a otros, activarnos y volvernos protagonistas de los acontecimientos más relevantes en tiempo real.
De esta forma, la Tecnopolítica cierra la puerta al poder tradicional y fáctico instaurado por un conjunto de personajes, que a través de la historia han forjado un panorama político y social en el que el poder se concentra en un grupo reducido de personas, para abrir paso a la movilización social, el conocimiento colectivo y las manifestaciones de demandas ciudadanas de manera pública, solidaria y transparente, ponderando la solución a problemas ciudadanos desde el trabajo colaborativo en favor del beneficio común.
En nuestras manos está hablar de evolución y no de ruptura en estas sociedades democráticas.
En este día...
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