Gaviria frente a la política antidrogas: "Uno está obligado a cambiar":
El ex presidente de Colombia, César Gaviria, dice haber combatido los carteles de narcotráfico "como nadie". Pero ahora es, junto con los ex presidentes Vicente Fox de México y Henrique Cardozo de Brasil, uno de los principales impulsores del debate sobre la legalización de las drogas:
Es una posición a la que llegó tras décadas de observar lo que considera el fracaso de la política prohibicionista, especialmente en Estados Unidos, el principal consumidor de drogas en el mundo.
A ese país, dice Gaviria, no hay que pedirle que legalice el uso de narcóticos, sino que vea el consumo como un asunto de salud y de delincuencia.
¿Por qué no hizo estas propuestas cuando estaba en el poder? "Todos creíamos que esa era la solución", afirma el ex presidente en conversación con BBC Mundo.
Pero después de varias décadas de "fracasos" y pocos avances, confiesa Gaviria, "uno está obligado a cambiar".
Usted y otros ex presidentes impulsan el debate sobre la legalización de drogas, pero ahora también algunos mandatarios en ejercicio hablan abiertamente del tema. ¿Ve usted un cambio en el clima político internacional que permita la legalización?
Con todo el trabajo que le da a Estados Unidos cambiar sus políticas la verdad es que es muy difícil defender el prohibicionismo como una buena política.
Mucha de la violencia que ha habido en Colombia, Centroamérica o México, tienen que ver con una política que está produciendo resultados muy negativos porque ha hecho crecer mucho el tamaño del negocio, porque Estados Unidos gasta una enorme cantidad de recursos de manera equivocada y poque no se ha reducido el consumo.
Es apenas obvio que los presidentes y expresidentes empiecen a preguntarse si es aceptable que Estados Unidos ni siquiera discuta un problema que está generando tantos efectos negativos en América Latina.
El gobierno de Estados Unidos se opone abiertamente al tema. ¿Tiene futuro el debate sobre la legalización en este escenario?
El problema fundamental no es cuánto ayuda Estados Unidos, sino cómo cambia sus políticas para que sean más eficaces y que respondan no sólo a sus intereses sino a los nuestros. El prohibicionismo ha fracasado y es tiempo que lo revisen, vean si es eficaz.
¿El gobierno de Estados Unidos no se ha da cuenta?
Hay una actitud un poco extraña. La mayoría del pueblo norteamericano cree que la guerra contra las drogas fracasó, inclusive la administración Obama ya no habla más de guerra contra las drogas porque cree que no lleva a una buena política.
Hay cierta idea de que no existe alternativa, pero surge por no hacer el debate.
¿Cómo ganar esta discusión ante quienes piensan que las drogas atentan contra la unidad familiar?
Perdón, en Estados Unidos hay como 18 estados que están legalizando la marihuana por la puerta de atrás.
Entonces ellos no pueden esperar que los estados puedan legalizarla pero que en nuestros países tenga que haber miles de muertos por combatirla. Es difícil de defender.
¿Cómo convencer a quienes piensan que legalizar drogas es un grave riesgo?
Es que la legalización no ayuda a pensar bien en el problema. Lo que hay que proponerle a Estados Unidos no es que legalice las drogas, sino que considere la posibilidad de hacer una definición diferente del consumo como un problema criminal, y lo considere un problema de salud.
¿Por qué no hizo estas propuestas cuando ejercía el poder en su país?
Bueno, no, yo combatí los carteles de la droga como nadie. El Cartel de Medellín ha sido el más poderoso que ha tenido la Tierra.
Y en Colombia la vida de los presidentes y de los candidatos sí ha estado en riesgo. En la campaña que yo estuve a la mitad de los candidatos los mataron, tumbaron un avión para matarme a mí.
O sea, eso allá no era un juego, era realmente una lucha por la supervivencia de la democracia. De manera que no sé que reclamo nos puedan hacer. El consumo local de drogas era realmente bajo pero no sólo eso, sino que todos creíamos que esa era una solución.
Pero después de 20 años de ver los fracasos, que no se avanza, de ver que Naciones Unidas dice cada 10 años que se va a acabar el consumo de drogas y es mentira y no pasa nada y el consumo crece, pues yo creo que uno está obligado a cambiar.
No tengo ningún remordimiento. Después de volver a examinar el problema, me doy cuenta que el consumo de drogas no debe ser tratado como un acto criminal, el tráfico sí.