"El Gran Oriente de Francia, una Obediencia masónica del siglo XXI"
No se puede hablar de Francmasonería sin antes hacer un viaje por la historia.
Resulta difícil rastrear los orígenes de la Francmasonería que procede de diversas sociedades iniciáticas, entre las que se incluye la de los constructores de catedrales.
Ahí ya se puede encontrar el espíritu de la Francmasonería, es decir una sociedad de hombres que trabajan en obras complejas, con herramientas propias, que mantienen entre ellos unas relaciones codificadas y con los primeros grados que son las del compañonage.
Posteriormente, en lo que se llamó el siglo de las luces, las primeras logias se constituyeron, principalmente en Inglaterra y en Escocia, hasta el 24 de junio de 1717 en el que cuatro logias londinenses se reúnen en una taberna llamada " El Ganso y el asador " para crear la primera Gran Logia, la primera Obediencia masónica.
Muy rápidamente, los francmasones franceses querrán elegir su propio Gran Maestro: será el Duque de Antin en 1735.
En esa época propicia, los francmasones franceses querrán muy rápidamente afirmar su independencia con respecto de sus HH.·. ingleses, y en 1773 nace el Gran Oriente de Francia, una Obediencia con un funcionamiento democrático y un sistema interno basado en la separación de poderes entre el legislativo y el ejecutivo.
Todo esto puede parecer hoy una banalidad, pero recordemos que estamos en 1773 en pleno régimen monárquico.
Cierto es que la Francmasonería de la época está compuesta de numerosos nobles, pero también está abierta al clero y a la burguesía.
En las Logias, todos se encuentran y trabajan en común, dejando atrás cualquier dogma relacionado con la religión o el estado.
Las Logias de esta época son laboratorios de ideas en los que se experimenta un funcionamiento democrático desconocido en la sociedad exterior.
La Revolución
En 1789, entre los alrededor de 1000 representantes de los Estados Generales [ Asambleas convocadas por el Rey de manera excepcional y a la que acudían representantes de cada estamento: el clero, la nobleza y los representantes de las ciudades] más de 200 son francmasones.
La Francmasonería no organizó la Revolución Francesa, pero fue su inspiración y jugó un papel esencial en la redacción de la Declaración del Hombre y del Ciudadano.
Pero aceleremos un poco la evolución del tiempo.
En 1830, agrupados tras el H.·. Lafayette, numerosos francmasones participan en las barricadas de las tres gloriosas contra .
En 1848, los francmasones se implican en las jornadas revolucionarias y participan a la creación de la II República. Entre ellos se encuentra el H.·. Victor Schœlcher que logrará la abolición de la esclavitud el 27 de abril de 1848.
1877 es una fecha importante para el Gran Oriente de Francia porque su Convent (asamblea general con carácter anual) decide abolir la obligatoriedad de creer en Dios y en la inmortalidad del alma.
El Gran Oriente de Francia ya es laico y crea una segunda vía en la Francmasonería, es lo que se llama desde entonces la Francmasonería liberal, humanista y adogmática. Es el inicio de nuestro compromiso en la defensa de la absoluta libertad de consciencia.
Entramos ya en la edad de oro de la Francmasonería en la III República de finales del siglo XIX e inicio del XX.
Los Francmasones son numerosos en las instancias dirigentes del país e inspiran muchísimas leyes en las que se basan los fundamentos de nuestro régimen democrático: libertad de reunión (1881), educación primaria obligatoria (1882), creación de los sindicatos (1884), creación de la pensión de jubilación (1886), limitación de la duración de la jornada de trabajo para las mujeres y los niños (1892), Código del trabajo (1896), Ley de asociaciones (1901), ley de la separación Iglesias y Estado (1905).
Este periodo de esplendor de la Francmasonería acaba mal, ya que en 1940 el gobierno de Vichy [ gobierno títere de Hitler] prohíbe la Francmasonería. En ese momento, numerosos Francmasones se unen a la resistencia contra los nazis, pero otros muchos son deportados a los campos de concentración y asesinados.
Desde 1943 en Alger, el general de Gaulle y el gobierno provisional de la República Francesa anulan las leyes antimasónicas del Régimen de Vichy, pero el mal ya está hecho y la Francmasonería francesa paga en la guerra un pesado tributo.
Serán necesarios más de 30 años tras la Liberación para volver a tener los efectivos de antes de la IIª Guerra Mundial
Pero los Francmasones vuelven al trabajo. Se encuentran en el origen de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, son muy activos en los trabajos de la ley Neuwirth sobre la contracepción, los de la para la ley del aborto en 1974 y sobre la primera gran ley sobre bioética en 2004.
Para resumir esta introducción histórica, diría que los Francmasones han luchado durante casi tres siglos por:
- La instauración y la consolidación de la República
- La abolición de la esclavitud
- Las luchas sociales, con Arthur Groussier, que redactó el código del trabajo y Leon Bourgeois que fue el pionero de las leyes de protección social
- La separación de las Iglesias y del Estado para imponer el régimen francés de la Laicidad.
Pero la historia no es un fin en sí mismo. Da a los Francmasones raíces fuertes pero no son nada sin un conjunto de grandes valores.
Cuando aparece la Francmasonería, Francia e Inglaterra viven bajo regímenes monárquicos en las que las religiones tienen un peso considerable pero dónde existen (sobre todo en Inglaterra) rivalidades terribles entre católicos y protestantes.
Esto va a permitir el desarrollo y el interés de la Francmasonería, es que esta ya no pone al Rey o a Dios en el centro de las inquietudes. Inspirada por los pensamientos de las Luces; la Francmasonería pone al hombre en el centro de todo, afirmando su dignidad y su libertad por la adquisición de los conocimientos. Es una verdadera revolución de las ideas en una época en la que la voluntad divina debía imponerse a los pueblos.
Con las Luces, el humanismo se transforma en un combate político, tanto para liberar a los hombres como a la sociedad.
Desde entonces, los Francmasones no cesarán de batirse por defender regímenes democráticos igualitarios que se basan en individuos libres e iguales en derechos.
Esta voluntad de emancipación de los hombres por la conciencia y el saber está muy bien resumida por esta orden de Emmanuel Kant "Sapere Aude" que puede traducirse por "¡Atrévete a pensar por ti mismo!".
La Francmasonería llamada liberal y adogmática, de la que el Gran Oriente de Francia es la principal Obediencia en el mundo; centrándose pues en defender los valores de la República que son "Libertad, Igualdad y Fraternidad", pero también Laicidad y Solidaridad.
Los Francmasones luchan por una República humanista y universalista; es decir un régimen igualitario que puedan practicar todos los pueblos, sobre toda la faz del planeta. ¿He aquí en todo caso cual es nuestra Utopía?
Ya que he hablado de los orígenes, y recordado nuestros principales valores, hagámonos una pregunta:
¿Qué es es francmasón hoy en día?
Hay que volver un instante a los orígenes del movimiento: la francmasonería es ante todo una sociedad iniciática. Nuestros textos fundamentales dicen que la Francmasonería debe mejorar al mismo tiempo al hombre y a la sociedad. ¿Pero, qué significa exactamente esto?
Primero acabemos con una de las críticas que habitualmente se nos hace: la Francmasonería no es una secta.
¡Primero porque no es una creencia y que, bien al contrario, todas las creencias se admiten en Masonería, incluida la de no creer!
El francmasón del Gran Oriente de Francia es laico, ello significa que considera que las concepciones religiosas pertenecen a la esfera privada. De esta forma, no hay proselitismo religioso en Logia, como tampoco puede haberlo en el funcionamiento de nuestras instituciones.
Y además, contrariamente a una secta en la que la puerta de entrada está abierta de par en par y de la salida es prácticamente inexistente; en Francmasonería la puerta de entrada está ligeramente entreabierta, ya que somos muy prudentes en torno a la captación, tanto con respecto a las logias como con los profanos que desean unirse a nosotros, y ello para estar seguros de sus motivaciones y no decepcionarlos. Por el contrario, la puerta de salida siempre está muy abierta y basta con un simple correo de dimisión para dejar la Francmasonería.
La Francmasonería no es pues una secta, ni es tampoco una suerte de dogma laico.
El espíritu masónico se encuentra en esta frase de Antoine de Saint-Exupéry, que era francmasón; "si difieres de mi hermano mío, lejos de ofenderme me enriqueces".
El camino iniciático practicado en Logia tiende ante todo a la mejora personal de la evolución intelectual de nuestros miembros.
¡ Y cuando el hombre se abre a los demás, cuando mejora, es cuando puede empezar a contribuir a la mejora de la sociedad!
El Francmasón de hoy en día es un hombre o una mujer que, en un momento de existencia; desea darle un sentido diferente a su vida. No se puede ser francmasón si no se quiere a los demás, si no se es altruista, si no se busca la mejora de la sociedad en la que se vive.
El Francmasón no responde a un perfil tipo. Puede tener 30 años o 80 años, puede ser empleado, artesanos, funcionario o empresario. Puede tener simpatías políticas variadas mientras que sus ideas correspondan a los valores del Gran Oriente de Francia.
El Francmasón puede ser urbanita o rural, nuestras 1.360 Logias están repartidas sobre todo el territorio; desde las grandes urbes a las ciudades de tamaño medio de provincias. Sea como sea, el Francmasón es, ante todo, un hombre comprometido.
¿Pero, qué es el compromiso masónico?
Es una pregunta amplia, tan importante para nosotros que este año es nuestro principal tema de reflexión prospectiva interno.
¿Por qué se es Francmasón? ¿Para qué sirve la Francmasonería?Ya he contestado parcialmente a esta pregunta recordando que nuestros textos precisan que la Francmasonería debe servir a la mejora; tanto del hombre como de la sociedad. La mejora del hombre es lo que procuramos hacer en nuestras logias mediante nuestro camino iniciático; basado en el estudio de los símbolos que ponen a cada Francmasón frente a él mismo.
En los templos masónicos, no hay misas negras o cualquier otra práctica de culto satánico. ¡Para nada! Trabajamos y reflexionamos en torno a los grandes problemas de nuestra sociedad como la pobreza, la exclusión social; pero también los problemas de la inmigración, el cambio climático o en temas como la bioética, la reproducción asistida o el final de la vida.
Mediante estos debates, a veces apasionados, en los que no buscamos convencer a los demás, pero sólo reflexionar con ellos; confrontando ideas, reaprendiendo a escuchar a los demás y sobre todo a salir de posturas ancladas para admitir en ocasiones que no estamos en posesión de la verdad.
Junto a este compromiso en Logia, un gran número de Francmasones aplican estos grandes principios, defienden estos valores, en la vida diaria mediante un compromiso asociativo, sindical o político.
La Francmasonería no es un lobby que buscando influir sobre las capas intermedias.
Por el contrario, se guarda muy mucho de llevar a cabo cualquier injerencia directa en el funcionamiento de las instituciones.
Para corroborar esta afirmación, voy a pasar a enumerar los comunicados más importantes que el Gran Oriente de Francia ha llevado a cabo desde el inicio del curso masónico el pasado mes de septiembre:
- Un comunicado sobre Pétain, para recordarle al Presidente de la República que hay cicatrices en la historia que no deben reabrirse.
- Comunicado sobre la COP 24 para recordar los grandes desafíos de nuestro planeta
- Un comunicado sobre los "chalecos amarillos" en el cual he instado al gobierno para que se promueva un acuerdo amplio en torno a la pobreza y a la precariedad en Francia.
- Muchos comunicados en torno a la defensa de la ley del 9 de diciembre de 1905 que el gobierno quiere modificar; aunque esa ley permite desde hace 113 años que vivamos sin guerras de religiones y sin proselitismo religioso en la esfera pública.
Además, el Gran Maestro fue recibido por el Presidente de la República y algunos ministros para intercambiar pareceres y defender nuestros valores; también hemos sido escuchados en la Asamblea Nacional (Congreso de los Diputados francés) en el marco de la nueva ley de bioética.
He aquí, con total transparencia el nivel de influencia del Gran Oriente de Francia en la sociedad actual.
Estamos lejos de la III República en la que las leyes se preparaban en nuestras logias. Afortunadamente todo esto ha evolucionado y lo que era normal hace 100 años se consideraría, con toda razón, una intrusión democrática inadmisible en la sociedad del siglo XXI.
Volvamos sobre la actividad en el seno de nuestra Obediencia para comprender perfectamente lo que representa el Gran Oriente de Francia en el Siglo XXI.
En el seno de nuestras 1.361 logias, los temas de los trabajos son libres. Cada Logia es libre de organizar sus trabajos y de elegir los temas de las planchas. Así, algunas van a querer trabajar sobre el ritual o la historia, mientras que otras preferirán temas relativos a la sociedad actual o a la actualidad.
Siendo el Gran Oriente de Francia una federación de Logias, al Gran Oriente de Francia le pertenece trazar las líneas maestras de la política de la Obediencia y proponerle a las Logias temas de reflexión, a sabiendas de que estas tienen la libertad de darle curso, o no.
Retos
Para este nuevo año masónico que acaba de iniciarse en septiembre y que acabará en junio, los francmasones reflexionarán sobre la bioética, tema sobre el que hemos sido escuchados en la Asamblea Nacional (Congreso de los diputados francés) a finales del mes de agosto. Trabajarán sobre el desarrollo sostenible para preparar un gran simposio de carácter público que se desarrollará en la primavera de 2020. Continuarán trabajando sobre temas europeos, y en particular sobre una ciudadanía europea; pero también para hacer evolucionar nuestras instituciones europeas que se encuentran en la actualidad fundamentalmente orientadas hacia la economía y la finanza; y ello para aportar un enfoque humanista y social.
Los Francmasones del Gran Oriente de Francia continuarán también con sus reflexiones en torno a los fenómenos migratorios; sean de origen político, económico o climático para trabajar en la elaboración de un pasaporte Nansen del siglo XXI; y permitir a estas poblaciones migrantes de poder desplazarse y ser acogidas con dignidad.
Trabajaremos igualmente el tema digital, y más concretamente sobre temas como la inteligencia artificial, la robótica o el transhumanismo. Sin nunca rechazar el progreso, pensamos que es indispensable poder controlarlo y darle un contenido ético humanista; de lo contrario pueden contemplarse las peores derivas al respecto.
Finalmente, organizaremos a principio del año 2020 un viaje memorial a Auschwitz.
En unos tiempos de repunte del antisemitismo, antimasonismo y de todas las formas de racismo; he pensado que era importante para nosotros, Francmasones del Gran Oriente de Francia ir a esos lugares en los que el sufrimientos de nuestros antepasados es aún palpable; para llevar a cabo un recogimiento, para acordarnos, para nunca olvidar...
En el ámbito nacional, como ha sido señalado antes, a defensa de la Laicidad sigue siendo nuestro primer combate. Bien sea para oponerse a un proyecto legislativo reformador, apoyándose en la necesidad de reorganizar el Islam en Francia; para pedir la constitucionalización de los dos primeros artículos de la ley del 9 de diciembre de 1905, o que sea para pedir que continúe aplicándose esa ley sobre todo el territorio de la República; lo que significa la derogación del Concordato de Alsacia-Moselle; así como la derogación de los estatutos específicos en los territorios de ultramar como Guyana o Mayotte; bien sea en el ámbito judicial para intentar contrarrestar las jurisprudencias derogatorias del Consejo de Estado con respecto a las administraciones que financian asociaciones culturales; o estar al lado de las empresas para aportar nuestro apoyo a las que rechazan cualquier signo ostentatorio de carácter religioso en el mundo del trabajo.
Y en esto consiste concretamente el compromiso de los Francmasones para con la defensa de la laicidad.
Terminaré con un punto muy importante para los Francmasones, el de la solidaridad.
La practicamos en el interior y en el exterior de nuestros templos. En el interior tenemos una instancia de solidaridad masónica que sirve para ayudar a los miembros de nuestras Logias que se encuentran en dificultades; y también de sus huérfanos en el caso de un fallecimiento prematuro de uno de los nuestros. Esta instancia de solidaridad tiene, desafortunadamente, cada más expedientes por tratar; ya que los Francmasones con como el resto de los franceses: sufren y para muchos de ellos los finales de mes son complicados.
Junto a esta solidaridad interna, los Francmasones han creado una Fundación; la Fundación del Gran Oriente de Francia que tiene como objetivo apoyar integralmente algunos proyectos de tipo asociativo.
Así, en 2019, nuestra Fundación ha destinado una gran parte de sus medios para ayudar asociaciones que ayudan a migrantes; así como a asociaciones que se dedican al cuidado de los menores no acompañados.
Este compromiso solidario es esencial para los Francmasones, ya que está orientado a poner en práctica nuestros ideales al servicios de los más vulnerables.
Conclusiones
Para terminar, quiero subrayar que el tiempo de internet y de las redes sociales; la Francmasonería sigue atrayendo a cada vez más hombres y mujeres que se encuentran en búsqueda de sinceridad y de escucha en un mundo en el que se manda antes un mensaje de texto al vecino en lugar de ir a verlo.
Porque más allá de la vertiente intelectual de la Francmasonería, está también y sobre todo la fraternidad que sólo se vive en Logia; que resulta complicado de explicar porque debe vivirse. Esta Fraternidad es el cimiento de la Francmasonería que une a tantos hombres y mujeres tan diferentes y que; sólo con algunas palabras y sin nunca haberse visto antes, van a reconocerse.
Y ya está. Espero haberos dado un poco de luz sobre lo que es hoy la Francmasonería, y más particularmente el Gran Oriente de Francia.
Les agradezco su atención.