EXCURSIÓN A CONSUEGRA
Intro. Doce molinos en lo alto del Cerro Calderico y un Castillo al final del camino, dominan el paisaje de Consuegra. Todo hace indicar que los molinos a los que se enfrentaba Don Quijote de la Mancha, podrían ser perfectamente estos: sus Gigantes, la mayoría de ellos restaurados, nos hacen recordar aquel lugar “de cuyo nombre no quiero acordarme”.
La introducción de los molinos puede deberse gracias a los Caballeros de la Orden de San Juan, que aprovechan el viento, en sustitución del agua, para moler el trigo. Cuatro de estos molinos conservan la maquinaria en buenas condiciones: el Sancho, el Rucio, el Bolero y el Espartero. El más interesante es el Sancho, que posee toda la maquinaria del siglo XVI en óptimo estado para su funcionamiento. La fiesta de la Rosa del Azafrán, en el último fin de semana de octubre, este “gigante” orienta sus aspas para poner en movimiento su enorme piedra (llamada Catalina), y realiza la Molienda de la Paz. Una vez convertido el trigo en harina, se reparte en saquitos a los visitantes.
El resto de los molinos cuentan también con apodos de El Quijote, como Chispas, el Caballero del Verde Gabán, Mambrino, Clavileño, Alcancía, Cardeño y Vista Alegre.
Origen. Saliendo de casa con 100 €uros en la cartera para contingencias comunes (dado que te vas de viaje y sin comer fuera), sin tarjeta de débito o crédito (no te hará falta allá dónde vas), mochila con termo-cantimplora (rellena de agua, no de orujo), bocadillos varios, servilletas, nevera repleta de bebidas (refrescos con o sin gas y gran cantidad de cervezas imprescindible para una merecida merendola). Coche recién comido (es decir repostado sin lavar), neumáticos con aire y en buen estado. Del resto ya se encarga tu mujer, es decir, de arreglar a los niños y de ser tu copiloto para irte leyendo la ruta en el TomTom.
Destino. Sistema Solar, Planeta Tierra, Europa, España, Toledo, Consuegra.
Para los que vivimos en Madrid y alrededores no es destino demasiado cansino para los que viajamos en coche propio, además está muy bien señalizado para ir por carretera (por si vas con unos amigos y les pierdes la pista en la autovía). Les aseguro que el “¿Cúando llegamos?” durante ese tiempo de travesía interminable habrá merecido la pena. Primero no estaría de más entrar en uno de esos preciosos molinos de viento (doce oficiales y queda la búsqueda del nº 13 “Por si pega”), y conocer el por qué de ese pintoresco apodo.
Otros molinos sólo están preparados para la venta de “recuerdos”, aunque no habrá mayor recuerdo que la boca abierta de tus hijos, con un especial interés, al explicarle como Don Quijote pensaba que eran gigantes y se enfrentaba con su larga lanza en busca de aventuras y hazañas por dichas tierras.
Y por fin llegamos a su fortaleza. Si vais en grupos podéis reservar con tiempo la visita guiada con personajes ataviados de época del Medievo, donde disfrutareis niños y mayores. Merecerá la pena buscar por los entresijos del castillo y como no, comer en uno de sus merenderos (a pie de Castillo bien señalizadas para subir en coche) con zonas amplias para que los niños corran y jueguen a su antojo, dado que es una zona preparada para ello, es decir, sin coches.
“De la mano de sus personajes, los visitantes más pequeños conocerán la historia de Consuegra y su fortaleza de “La Muela”, hasta verse inmersos en las labores ser reyes, priores y princesas. El Rey Don Rodrigo y su Prior al mando del poder de la fe, les hará sentir la tensión del momento en que los Nobles de León y de Castilla deciden el futuro del Hijo del Cid y el acto solemne de su coronación.”
*Si quieres información de visitas guiadas llama al: 925 475731La parte interior como veréis está muy bien conservada, con salas amplias y con muebles de madera. La parte exterior empezó a ser restaurada en el año 2.013.
Bueno, bueno, no les aburro más. Si quieren fotos preparen una buena cámara y echen fotos por doquier. Encontrar esa foto original que no tiene nadie es magnífico, sobre todo cuando te toca ser Prior de la Orden de Jerusalén con capa roja, malla, escudo y espada de madera… si en vez de poner cara de circunstancia, sonríes y …… ¡¡ clic !!, ahora sí, donde va a parar: ¡mucho mejor!
¡Hasta la quincena que viene!
El Enviado del 74
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