Excursiones, o la sabiduría de los seis años

Hoy es día de excursión. Las Seños os llevan a un teatro bilingüe, y ya solo por subiros a un autocar, salir del cole y hacer algo diferente merece la pena el día. Tu sabiduría se asombra una vez más, Luke. Me cuentas en el coche que para tí lo importante es qué compañero le tocará de pareja para el bus y el resto del día. Y mientras busco un hueco para aparcar en la calle contigua al cole, no puedo evitar darte la razón mentalmente. Hoy hay excursión, una experiencia distinta. Que sea para ir a ver una función navideña de teatro en inglés es lo de menos.
Besos en la puerta del cole, y salís corriendo. Acaba mi horita del día. No me decido a acercarme luego a veros salir en los autocares, como la última vez. Seguís manteniendo ciertos celos sobre todo lo que rodea al colegio, vuestro entorno privado, vuestra intimidad aparte de la familia, pero poco a poco voy estando más presente. Meterme a delegado ayuda, estoy más pendiente de las actividades y de lo que pasa en el centro, aunque alguna semana me dé más trabajo del que pensaba.
Será que os miro ahora que acabáis de cumplir seis años, y os voy viendo de otra forma. Ya no puedo ser vuestra sombra, no puedo apenas seguiros. Y pensándolo bien, mejor que sea así. Pensaré de vez en cuando en ese autocar, en si os coméis el bocata, si no habrá problemas para controlaros a todos en el bus y en el teatro, si estaréis bien. Pero recuerdo lo contentos que entrasteis en el cole y todo cambia. Y me relajo. Ya no será como cuando fuimos al castillo. Será que os hacéis mayores.
Ahora sí, de vuelta a casa tras dejaros en el cole, como cada día, ya puedo tomarme el café. Mientras se calienta, recojo los restos de la batalla, pijamas, zapatillas, cepillos, el batín de dinosurio... Hoy ha costado. Esa hora de más que tardaste en dormir anoche nos ha pasado factura, Leia, en forma de dibujos apagados mientras acabáis de desayunar, y un poco más de prisas para salir a tiempo. Nuevo récord. Menos mal que desde hace un tiempo intento que mi actitud no sea el problema. Sigo aprendiendo que es mejor que hagamos las cosas de buen humor, relajados, vosotros y yo. Aunque se me olvide de vez en cuando. Sigo aprendiendo.
¡Que la Fuerza os acompañe!
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