La piel, el órgano más extenso del cuerpo, se compone de células nuevas en las capas más profundas, y viejas en la superficie, a veces con un tono apagado. Se las denomina “células muertas” y para renovar el aspecto cutáneo, iluminarlo y rejuvenecerlo, hay que eliminarlas.
para eso sirve la exfoliación, un paso sumamente importante en el cuidado personal que no siempre se puede practicar y que en infinidad de ocasiones no se lleva a cabo de la manera precisa y debida.
Dicen algunos entendidos que una piel cuidada tiene las herramientas necesarias para renovarse de forma natural, sin ayuda, es decir, que se autoexfolia, lo cual implica que lo que aseguran otros sobre la necesidad de exfoliar de dos a tres veces por semana es un mito. La realidad es que depende mucho de la edad y que cuando se pasa de los treinta años, la exfoliación resulta de lo más recomendable, porque en la fase de regeneración cutánea las células muertas se quedan adheridas como con un cemento a la superficie epidérmica con una buena carga de melanina, dejando aspecto de imperfecciones y poros abiertos nada favorecedor. Entonces, una exfoliación rompe las cadenas que impiden expulsar las células muertas y permite que se desprendan, dejando solo visibles las capas de piel más sanas y jóvenes.
La cuestión es cada cuanto tiempo conviene exfoliarse y que no es ni mucho ni poco, sino lo justo, dependiendo de cada tipo de piel y teniendo en cuenta que las células se renuevan cada veinte ocho días, o sea que lo recomendable será llevarla a cabo cada diez días aproximadamente.
Pero cuando la piel se muestra en condiciones relativamente saludables podrá hacerlo si lo desea, o en circunstancias especiales, dos o tres veces por semana.
Sin embargo las pieles que se irritan fácilmente, deben obrar con precaución y para ellas una buena limpieza a fondo resulta suficiente. Todo lo más, de una a dos veces por semana pueden utilizar una mascarilla de arcilla purificante.
En cualquier caso hay que evita exfoliar las zonas más delicadas, como el escote o los senos, para que no aparezcan ni rojeces ni irritaciones.