El artículo Exfoliación y Juventud de la Piel aparece en consejos
Durante todo el invierno es recomendable exfoliar periódicamente la piel, y más aún cuando esta cerca la primavera.
La exfoliación de la piel ayuda a retirar las células muertas de la epidermis, dándole un aspecto más liso y luminoso, pero además la preparan para adquirir un tono más uniforme cuando se broncea con los primeros rayos de sol de la primavera.
Para una correcta exfoliación se han de usar productos que ayuden a retirar las células muertas, pero que sean al mismo tiempo respetuosos con la hidratación natural de la piel y no la irriten. Las cremas exfoliantes que contienen aceites suavizantes hidratan y revitalizan la piel, a la vez que la renuevan y son adecuadas incluso para pieles secas y pieles maduras.
Se recomienda exfoliar la cara una vez a la semana, durante todo el año, utilizando cremas exfoliantes suaves, con partículas muy finas, e hidratando bien la piel después de la exfoliación. Para pieles sensibles se puede optar por mascarillas que hagan un suave “peeling” de la piel sin necesidad de frotar.
La piel de los labios también requiere de una renovación celular periódica ya que, tanto en invierno por el frío, como en verano por el sol y los baños en el mar y piscinas, se reseca y agrieta. La exfoliación de los labios elimina las células muertas y da a los labios un tacto más suave y un aspecto más voluminoso y saludable.
El cuello y escote también mejoran su aspecto cuando se exfolian, dándoles luminosidad, una pigmentación más uniforme y favorece la hidratación.
Para exfoliar las piernas pueden utilizarse productos con granulados de mayor grosor que en la cara. Retirar la piel muerta en esta zona no solo mejora el aspecto y suavidad de la piel y favorece su hidratación, sino que también es imprescindible para que penetren los activos de las cremas reductoras y anticelulíticas. Al retirar el exfoliante se aconseja continuar masajeando la zona y, si se ha de enjuagar, hacerlo con agua fresca, ya que el agua caliente perjudica a la circulación de las piernas.
Dos zonas de especial atención son las manos y pies. La exfoliación de la piel de las manos evita las impurezas, rugosidad y pigmentaciones no uniformes, dando un aspecto más joven y cuidado. En los pies se forman durezas y callosidades, sobre todo en los talones, que pueden evitarse con una exfoliación frecuente. La renovación de la piel de los pies también ayudará a que las cremas hidratantes se absorban mejor, consiguiendo una buena hidratación sin sensación de grasa.
Después de la exfoliación es un buen momento para aplicar aquellos productos que queramos que penetren en profundidad, como mascarillas hidratantes o antiedad, cremas nutritivas y, en el cuerpo, cremas hidratantes, reafirmantes y/o reductoras, ya que la piel está más fina y preparada para absorber todos los ingredientes activos de los cosméticos.