Desde GayLatino exigimos a los gobiernos de las naciones latinoameticanas impulsar acciones de protección a las personas LGBTI+ durante ésta pandemia, no solo en materia sanitaria sino incluyendo además políticas públicas en el ámbito de la economía, el trabajo y la vivienda, con especial foco en las personas de nuestra comunidad en situación de calle, vulnerabilidad y pobreza. La cuarentena y el distanciamiento social no serán posibles si hay personas LGBTI+ con baja expectativa de vida, expulsadas de sus hogares, sin ingresos, sufriendo la violencia y la discriminación.
La experiencia del VIH puede ser de utilidad en tiempos de COVID-19, si bien es importante recalcar que ambos virus son diferentes. Por un lado, el VIH es más difícil de transmitir y su periodo de incubación es mucho más largo. No obstante, la respuesta de los gobiernos a nivel mundial fue lenta e ineficaz y esto costó incontables vidas. El VIH nos deja unas lecciones que instamos desde GayLatino a aplicar en las diferentes políticas de América Latina:
1. Actuar rápido y pensar en los peores escenarios:
Las personas transmiten mayormente el nuevo coronavirus justo después de contraerlo y antes de demostrar síntomas, tal como ocurre con el VIH. Por eso es importante actuar rápido para prevenir y poner a disposición testeos de manera masiva. Conocer la situación de cada persona frente al COVID 19 salva vidas. Está comprobada también la eficacia del distanciamiento social y otras medidas tales como cancelar eventos grandes, suspender las clases,evitar las aglomeraciones, etc. Ese distanciamiento social requiere medidas afirmativas de los Estados que amortigüen el efecto que la caída de la actividad económica va a producir en todos los sectores de la economía, pero con especial virulencia en los sectores de la informalidad. Las y los trabajadores sexuales y les trabajadores no registrados o que se encuentran en situación de precariedad deben ser el centro de esas políticas.
2. A la larga nos afecta a todas las personas:
Al igual que como pasó con el VIH, el coronavirus no se limita a poblaciones claves sino que puede terminar afectando a toda la población en general si no hay medidas de prevención pensadas para todas las personas. El trans odio y el homo odio fueron (y siguen siendo aún) graves obstáculos en materia de respuesta al VIH- En el caso del coronavirus, lo es la xenofobia. La respuesta a la pandemia debe hacerse en base a la ciencia y evidencia, no a los prejuicios. Está comprobado que la discriminación y los prejuiciso socaban las condiciones para una ciudadanía plena y repercuten en numerosos ámbitos sociales y comunitarios, exponiendo particularmente a estos grupos a los efectos de las pandemias.
3. La salud pública es innegociable y crucial:
En los países desarrollados, el financiamiento a la investigación y la sanidad encabezadas por los Estados permitieron que el VIH sea hoy una enfermedad crónica más, no una pandemia devastadora. La salud es un derecho humano, y por tanto no puede estar sujeta al arbitrio y codicia de los mercados. La experiencia de países que han eliminado o desfinanciado su sanidad pública para beneficiar al sector privado ha sido nefasta. Un ejemplo de ello en la región es Argentina que durante el gobierno de Cambiemos, con la eliminación del Ministerio de Salud afectó especialmente a la población con VIH. Sin sanidad pública, no podemos hacer frente a las pandemias.
Así como con el VIH, al nuevo coronavirus debemos responderle desde la ciencia. Además, la garantía de todos los derechos humanos para todas las personas es fundamental y debe ser transversal a toda respuesta a la pandemia: políticas públicas son también indispensables para abordar la desigualdad que vivimos las personas LGBTI+.
Necesitamos que los Estados inviertan en sanidad pública, investigación científica y políticas que garanticen los derechos humanos. Hoy más que nunca.