Exigimos un referéndum

Porque no se puede concurrir a las elecciones con un programa y gobernar con otro.

Ya  está bien de soportar todo lo que nos impongan. El programa electoral es el contrato que firma el partido político con los ciudadanos. Y por lo tanto se una referencia clave de quien gana una elecciones. No cumplir ese programa es gobernar ilegítimamente. Es cambiar las reglas de juego, es hacer trampas.

Lo de este gobierno no tiene nombre. No sólo está incumpliendo su programa, además está imponiendo medidas no anunciadas y que ha negado sistemáticamente durante la campaña electoral. Es un gobierno ilegítimo y a este problema sólo hay dos posibles soluciones: Convocar elecciones generales o convocar un referéndum para que las medidas que se están tomando pasen por la voluntad de la ciudadanía. Sólo así se puede legitimar unas medidas que hoy son un fraude fiscal.

El contrato que los partidos firman con los electores –el programa electoral— no puede incumplirse a sabiendas sin que los ciudadanos puedan responder a este agravio. Ahora que se está corrigiendo el código penal no estaría mal que se penara el incumplimiento sistemático del programa electoral. De tal forma que quien no lo cumpla o quien imponga decisiones contrarias a ese programa sea penalizado.

La Cumbre Social –que aglutina a más de 150 organizaciones— está promoviendo la recogida de firmas para que se convoque un referéndum. A tal fin se ha creado una comisión promotora con personalidades de distintos ámbitos. A ella pertenecen, entre otros, Federico Mayor Oreja, José Antonio Martín Pallín, Victoria Camps, Almudena Grandes, Viçens Navarro, Julio Aróstegui o Carlos Berzosa.

Esta comisión pretende poner en marcha la recogida de firmas (500.000) para que esta petición llegue al parlamento. Esta es la carta que se se hace llegar al Presidente el Gobierno sobre la razón de esta convocatoria.

Así es que si estáis de acuerdo con las premisas anteriores podéis firmar aquí. Y recordad que todo lo que hagamos por cambiar esta inercia de medidas injustas, ilegítimas y empobrecedoras es poco.

Salud y República