Desde que estalló el conflicto de la cancelación de parte de la temporada del Gran Teatre del Liceu se me está haciendo muy difícil comentar cualquier cosa referente al teatro. No sé si se trata de cansancio o de aburrimiento directamente.
La puntilla ha sido la interminable tanda de funciones, dieciocho, que se dice pronto. Funciones a las que, a mi entender, les ha faltado esencias puccinianas. La dirección de la orquesta por parte de Víctor Pablo Pérez tuvo falta de delicadeza e hizo sonar la orquesta las primeras funciones a unos decibelios desmesurados que empañaron la actuación de cantantes experimentados, como Ramón Vargas. Sólo con la llegada de la diva rumana, Angela Gheorghiu, se bajó el nivel del volumen pero sin mejorar en sutileza.
De forma que hasta la llegada de la espléndida producción de David McVicar de Adriana Lecouvreur, comentada previamente en el blog, coproducida juntamente con la Royal Opera House, en Mayo me tendré que buscar otros entretenimientos.
De momento me conforto con la música barroca y espero que los próximos títulos de Massenet en Les Arts valencianas, Thaïs y Le Cid, me ayuden a superar el cansancio y el aburrimiento.
Espero que antes de final de mes se haga pública la nueva programación del GTL para poder realizar la planificación, soñar es gratis, de la próxima temporada. Parece ser que los motivos del retraso obedecen a que no se ha acabado de cuadrar la programación de Noviembre.
Os dejo con el aria Ich habe genug, ich habe den Heiland de la cantata BWV 82, Ich habe genug (Ya tengo bastante), interpretada por Andreas Scholl acompañado por la Kammerorchester Basel. El disco salió a la venta el pasado Enero y es muy recomendable.
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