Revista Opinión

¿Existe Dios o es un simple campo de información?

Publicado el 29 agosto 2019 por Carlosgu82

La posibilidad que Dios sea una entidad amorosa que todo lo crea y destruye, queda relegada por la tendencia que el nuevo paradigma impone. Somos seres racionales, y como tal, asumimos el derecho a pensar bajo el peso de nuestras creencias, pero, si es la ciencia la que se abre paso,  haciéndose las preguntas que más inquietan al hombre ¿cabe la posibilidad de qué Dios solo sea producto de un campo energético?

Con esta reflexión empiezo un nuevo propósito, tan solo crear la duda, dejar una inquietud a todos aquellos que no le encuentran explicación a la intervención divina, pero intuyen que hay algo más.

Somos energía en movimiento, en expansión y contracción. Somos campos de información interactuando con el entorno. Desde una piedra hasta un árbol, desde una célula hasta un organismo, cada ser vivo es parte de un conjunto expuesto a evolución continua, sin embargo, esa evolución, implica aprender las reglas del juego para realizaran los movimientos correctos. Romper con la estructura antigua y crear una nueva. Transformar lo viejo, lo que ya no sirve, solo es mover lo que se estanca con el peligro de autodestruirse.

¿Existe Dios o es un simple campo de información?

Las fuerzas fundamentales de la física cuántica se dan en todo el universo: las leyes de la gravedad, las leyes electromagnéticas, la nuclear fuerte y la nuclear débil. Podemos observar en el ser humano la manifestación de todas ellas en distintos grados de influencia, y si nos paramos a vislumbrar, también influyen en su comportamiento, hacia el mismo y hacia el entorno. Si esto, realmente es así, ¿podríamos ser simplemente campos de información interactuando los unos con los otros, a través de estas leyes?

Somos campos electro-magnéticos, atraídos por fuerzas opuestas que nos llevan de una polaridad a otra simplemente por la inercia del propio movimiento e inmersos en campos de información seguimos un patrón, atrayendo o rechazando el sentido último. ¿Y si esa información fuera la conciencia del hombre en función a sus creencias? Y lo más impensable pero cuestionable ¿Y si Dios fuese simplemente un campo no magnético totalmente neutral que, a su vez, afecta a nuestro campo inducido, ayudándonos a volver a una carga sin fuerza, para volver a polarizarnos en aquello que debemos seguir movilizando por la necesidad de aportar masa a un campo de información?

Pensemoslo así, si ante un problema entramos en dualidad resolutiva, estamos ante un campo de información con dos polaridades. Una polaridad nos hace resolver de una manera, y la otra, nos hace pensarla o resolverla de forma distinta u opuesta, pero, ningún extremo nos ayuda a eliminar la totalidad del conflicto. Empezamos el camino hacia una discusión interna que va de un lado a otro y  cada lado asume ser entendido desde un prisma diferente pero no concluso. Poco a poco, si mantenemos la dualidad y la discusión, comprobaremos que estamos creando con nuestro dialogo, una infinidad de posibilidades y, todas ellas, nos van acercando a una comprensión equilibrada de lo que llamamos pros y contras y que aceptaremos como validos a la hora de resolver. Pues bien, si en medio de

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 esa discusión, el caos se agudiza y crea un estado de destrucción (como puede ser entregarse a la bebida, al tabaco, al alimento, al sueño o simplemente porque el caos puede inmovilizar), si en ese agotamiento energético, pedimos a Dios que nos ayude, la energía de la fe, la intención y la creencia de lo mágico abre la puerta a un nuevo eslabón. La fuerza de las polaridades cesa, porque es influenciada por un campo neutral que, ayuda a desmitificar los opuestos, llevándolos al centro. Ahora bien, si este Dios nos lleva al centro, tampoco es para resolver y disolver el conflicto en nada, es para poder empezar de nuevo a moverse, inclinándose desde una posición ordenada a un problema en decadencia ya. La neutralidad, admite la posibilidad de comprensión que ha dejado visible el desorden, mostrando en él lo que se puede o no se puede hacer por la solución. Habiendo barajado el problema desde los opuestos, se ha debilitado la oposición, y desde este punto, se puede elegir aquello que se puede mover de nuevo.

¿Es entonces Dios una energía neutral que gravita en el universo sin ser reconocida aun por la ciencia, y que repercute en nuestros campos energéticos como seres evolucionando a una neutralidad similar? ¿Cómo conseguiremos que el pensamiento nos ayude a equilibrar nuestras polaridades internas y externas si no conocemos nuestro interactuar como seres cuánticos?

¿Es posible que esta idea tenga aceptación en la mente de hoy en día? ¿Es la ciencia la que nos ayudará a creer que un mundo más armónico puede ser posible?


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