¿Existe una cultura Harley-Davidson? ¿Es un estilo de vida o una filosofía?

Cuando no vas en moto, cuando no es domingo y no vas disfrazado, te olvidas de esa cultura, de ese estilo o filosofía. En la oficina no saludas con los dedos, no esperas al último, no cambias los planes para esperar al que acaba de llegar. Harley no puede ser una cultura si se te olvida la ética en el salir y disfrutar de tu moto, de tus amigos y colegas y de la vida. Si una cultura es el conjunto de saberes, creencias y pautas de conducta de un grupo social, no es lógico pensar que esos saberes y actitudes tengan calendario propio.

Un estilo de vida es la manera en que vive una persona e incluye la forma de las relaciones personales, del consumo, de la hospitalidad y hasta la forma de vestir. Refleja las actitudes, los valores o la visión del mundo de un individuo y hace referencia a una combinación de unos factores claves intangibles o tangibles. ¿Un estilo de vida abarca toda la vida o abarca la vida parcialmente, y resulta que somos el Juana la Loca de Sabina? Porque en la oficina no sé si mantenemos el mismo estilo de relaciones personales, si consumimos igual, si somos acogedores y hospitalarios y vestimos igual que cuando vamos de ruta.

La expresión filosofía de vida es una expresión que sirve para describir un conjunto de ideas y actitudes que forman parte de la vida de una persona o grupo de personas. Es la forma en que una persona decide cómo vivir. Las ideas y actitudes del fin de semana, a lomos de la burra, ¿nos describen también de lunes a viernes de nueve a cinco, o solo valen para cuando queremos dejar de ser lo que somos habitualmente? ¿Somos moteros en casa, con los hijos, con la pareja, con los vecinos?

¿Hasta dónde llega el ser de Harley? ¿O no es más que una vía de escape? ¿O es un comportamiento? Yo pienso que ser harlero no es más que un comportamiento que elegimos cuando queremos ser otro. Nuestros amigos moteros, ¿Nos reconocerían el lunes a las siete? ¿Nos reconocerían el martes a las nueve en la oficina? ¿Nos reconocerían el miércoles a las dos y media en el comedor? ¿Nos reconocerían el jueves a las seis en el bus de vuelta? ¿Nos reconocerían el viernes a las ocho en casa?

Entonces, ¿qué es todo esto? Yo pienso que todo esto es un pasatiempo, una afición. Un pasatiempo y una afición necesarios. Todas las personas necesitamos un espacio personal, un espacio aparte del resto de la vida, aunque no desconectado de ella. Un espacio que debemos encontrar y que debe ser reconocido por los nuestros y por los demás, un espacio físico y temporal en el que nos ponemos en vanguardia de nuestra propia vida y que nos de una perspectiva diferente y personal sobre nuestra propia existencia. Esos ratos son tiempos muy productivos porque te dan una oportunidad para contemplar las cosas con cierta tranquilidad y alguna lejanía.

Hay personas que no tienen o no buscan ese espacio, ese gap personal, y las hay que lo encuentran en la pesca, en el coleccionismo, en el consumismo, en la televisión, en el gimnasio, en el estudio, en la cerveza, en la montaña, en el bricolaje, en un banco al sol. Cada uno busca su espacio. Los moteros lo buscan en su moto, en su Harley-Davidson, pero que no nos venza el espejismo de que hay no sé cuántos millones de motos de la marca en el mundo, porque también hay millones de personas que van al fútbol a las que no reconoceríamos ni el lunes ni el martes ni el miércoles.