Leopoldo Zea describió las élites como seres serviles de un sistema imperialista muchísimo más grande, esta servidumbre no posee ningún poder real pues sólo constituye un eslabón intermedio en las redes de poder. ¿Será que en México existen todavía círculos intelectuales bastante selectivos que tienen en sus manos un poder de incidencia en la política, economía, academia y diplomacia del país?
Uno de los argumentos para evidenciar esta clase social es la existencia de escuelas elitistas en nuestro país. Muy al contrario de universidades públicas como son la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) o la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) que son instituciones con una clara vocación de enseñanza masiva, existen en nuestro sistema educativo financiado por las arcas de la nación, ciertas universidades y centros cuya vocación definen como «selectivos» en cuanto a su alumnado y profesorado. Por lo general, baj la premisa de la excelencia, estos centros se vanaglorian de tener entre sus filas a los científicos más destacados de la nación. Su presencia en los rankings es inevitable. ¿Constituyen pues, estos centros, parte de un andamiaje de los círculos intelectuales? Sin ganas de ofender a nadie, daremos nombre a estas instituciones: Centro de Investigación y Docencia Económica y el Colegio de México.
¿Tendrán ligas con el poder económico y político?
En el caso concreto del Colegio de México -COLMEX- podemos apreciar hoy en día como el gabinete del presidente López se ha llenado de académicos y profesores, así como alumnos de esta casa de estudios: empezando por la Sra. Olga Sánchez Cordero, Secretaria de Gobernación; el canciller Marcelo Ebrard al frente de la SRE; el Sr. Carlos Urzúa en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la Sra. Márquez Colín en la Secretaría de Economía; o el hijo del catedrático Lorenzo Meyer -Román Meyer- en la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano. Sin duda alguna el Colegio de México ha tenido un ímpetu muy poderoso en esta nueva transformación. Un ejemplo de este ímpetu es el hecho de que es la única institución CONACYT que no recibió recortes -incluso el CIDE, el Instituto Mora, el COLEF y otros sí lo recibieron-.
Dentro de estas instituciones elitistas, es muy difícil dejar de lado a las universidades privadas. Hasta hace poco, ellas lideraban el gabinete presidencial, sobretodo el Instituto Tecnológico Autónomo de México, hoy en día, parece ser el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) estar mejor posicionado con el Sr. Román Meyer y el Sr. Urzúa.
Y tú, ¿qué opinas?
