La egiptóloga Charlotte Booth se permite dudar del Éxodo en su libro El secreto de la la esfinge. Pero no sólo del viaje hacia la libertad, sino de la existencia de esclavos hebreos en Egipto y de la propia de Moisés. El nombre de éste podría derivar de las palabras egipcias “ms” (‘nacimiento’) o “mw s3″ (‘hijo del agua’), aunque también puede proceder del hebreo “mashâ” (‘sacar’), en referencia a que sacó a los hebreos de Egipto y a que la princesa egipcia sacó del agua del Nilo al propio Moisés.
Según estas conjeturas, el nombre podría ser, ora un mecanismo literario (más que la preservación del nombre de una persona real), ora un nombre hebreo que, distorsionado, dio origen a uno egipcio. Hoy la comunidad científica acepta en general que Moisés era egipcio y se ha sugerido que la religión y prácticas que otorgó a los judíos también eran de origen egipcio.
Continuará….
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