Revista Cine
Título original: Exit Humanity
Año: 2011
Duración: 108 min.
País: Canadá
Director: John Geddes
Guión: John Geddes
Música: Jeff Graville, Nate Kreiswirth, Ben Nudds
Fotografía: Brendan Uegama
Reparto: Dee Wallace, Bill Moseley, Stephen McHattie, Brian Cox, Mark Gibson, Jordan Hayes
El fin de la humanidad llegó hace 200 años. Zombies en tiempos de la secesión.
En un género del cual parece que ya esté todo inventado, llega John Geddes y nos sorprende al escribir, producir y dirigir una cinta atípica y sorprendente. La primera de las divergencias es que la historia está ambientada a mediados del siglo XIX, en plena guerra de secesión americana. Y la segunda es contar con una trama elegante y bien elaborada, detalle este, pasado por alto en las últimas producciones de muertos vivientes. El bueno de Geddes, que ya codirigió en el 2008 la maliciosa Scarce, la toma ahora con los zombies y el resultado dista mucho de ser malo.
Como ya he dicho antes, uno de los puntos fuertes de la proyección es el argumento. La premisa demuestra una gran elaboración de los personajes, de sus actitudes y de las situaciones que los protagonistas deberán hacer frente. No hay nada que se haya dejado al azar y todo lo acontecido, es narrado de manera convincente. Además, toda la obra cuenta con la voz en off de Brian Cox, que otorga una marcada profundidad psicológica al film. Por otra parte, no todo es maravilloso en el metraje y es preciso acentuar la excesiva lentitud del ritmo narrativo que, junto a la prolongada duración, hacen de algunas secuencias un llamamiento al tedio generalizado.
Otro apartado que cabe reseñar es un elenco de primera división. Mark Gibson encarna al protagonista Eduard Young y le brinda a su personaje una interpretación trabajada y rica en matices. Qué decir del gran Bill Moseley, famoso por su labor en La Casa de los 1000 Cadáveres. De forma soberbia da vida al General Williams, un militar confederado sumido en la obsesiva búsqueda de una cura para la pandemia. Asimismo Dee Wallace, que ya viéramos en E.T. El extraterrestre, realiza con corrección un papel secundario de vital importancia para el adecuado desarrollo de la trama.
En el capitulo técnico, cabe destacar la eficacia de los efectos especiales en los zetas, son sobrecogedores. El trabajo de maquillaje es soberbio y proporciona un gran realismo a las feroces criaturas, en parte ayudado por una efectista iluminación que consigue no dejar escapar ningún detalle. También roza la excelencia la suntuosa fotografía llevada a cabo por Brendan Vegama, con asiduidad ofrece evocadores encuadres de una gran majestuosidad.
Eduard regresa a casa después de dos días cazando en las montañas. La sorpresa es mayúscula al encontrar el hogar arrasado y sin rastro de su familia. Cuando descubre la terrible verdad, decide emprender un viaje repleto de peligros, con el objetivo de cumplir una promesa realizada tiempo atrás. Solo y luchando contra la terrible desesperación que le invade, deberá hacer uso de sus habilidades para sobrevivir a la voraz plaga que se ha apoderado del país.
A pesar de lo fraccionado de la historia que se podía haber abreviado un poco y de cierto ritmo intermitente en su parte media, la película de John Geddes se ve con agrado y divierte. En definitiva, la gran calidad técnica de la que se hace gala en todos los aspectos del metraje, es un ejercicio de deleite visual para cualquier aficionado al buen cine. Los nostálgicos de los zombies de siempre no pueden pasarla por alto.
Firma: Sergio Bosch.