Finito de Córdoba deleitó a los numerosos asistentes
toreando con su peculiar estilo a una becerra.
Ladislao Rodríguez Galán
El tentadero transcurría francamente bien. Las eralas enviadas por el ganadero García Galán estaban dando buen juego y los alumnos de la Escuela del Círculo Taurino de Córdoba, bajo la dirección artística de "Chiquilín", lucían sus enseñanzas ante la presencia de un numeroso público que acudió al reclamo de Ramguertauro y de la anunciada clase magistral de "Finito de Córdoba" que dirigiría las faenas de tienta. Pero sale la quinta res y el torero del Arrecife, que estuvo en la arena aconsejando constantemente a las jóvenes promesas, la lancea con el capote a pies juntos y luego con la muleta le forma un lío muy gordo con un toreo profundo de pies firmes y mucho mando. Naturales y redondos de cartel entre las ovaciones de un respetable que ocupaba un cuarto largo del aforo de la plaza. El torero disfrutaba y hacía disfrutar a los presentes que, embelesados, rememoraban las grandes tardes de este torero en esta misma plaza. Como colofón a la faena "Finito" fue tomando en brazos a los niños alumnos de la Escuela a los que la ley no les permite torear hasta alcanzar los catorce años de edad y volvió a encandilar al respetable con su toreo artístico y genial. Estos niños no olvidarán nunca este detalle y el público, que aplaudía a rabiar, tampoco.
En resumen todo salió a pedir de boca y parece que hay ganas de toros entre los cordobeses.