Exitoso debut de Kakkmaddafakka en Madrid

Solemos decir de los nórdicos que son fríos y calculadores, y además, rubios, pálidos y grandes. Pues bien, en esto último no hay tanto fallo: la mayoría rubios y la mayoría altos. Pero por el resto, los chicos de Kakkmaddafakka son capaces de tirar por tierra cualquier tópico que haga referencia a la frialdad o la rigidez.

Es la primera vez que se dejan caer por España desde que publicasen Hest, su segundo disco, a principios de año. Sin embargo, llevan ya unos años en esto de la música. Su debut fue en 2007 con un disco titulado Down to Earth, y no tardaron en hacerse habituales del circuito noruego. Pero ahora, con Hest, apuestan también por la conquista internacional, y para ello cuentan con el apoyo de Erlend Øye (Kinas of Conveniente) en la producción y con su directo enérgico como aval.

Apenas leí por primera vez su nombre, imaginé que se trataría de un grupo de rock alternativo, facilón y orientado a un público jovenzuelo. Supongo que por aquello del cacaculopedopis y los prejuicios. Y no andaba del todo desencaminada. El disco entra solo. Letras frescas y un sonidos muy pero que muy pegadizos; rap, funk, jazz, algo de rock alternativo en Restless o Your Girl, y una línea discotequera ochentena de fondo, que se refleja sobre todo en temas como Make the first move y Touching.

Han sido unos de los invitados estrella de esta última edición del ciclo de Conciertos Nórdicosen Madrid. La sala Ramdall perdió esta semana su personalidad salsera para ceder su espacio alshow nórdico. Sabían a lo que venían y defendieron su directo con uñas y dientes, desgranando cada una de sus habilidades artísticas y/o humorísticas. No faltó de nada: coros que se convirtieron en coreos de ballet, pasos de break, cantos inesperados, filigranas guitarreras y hasta guiños personalizados. Osease, lo que en principio pareció ser un concierto, acabó descubriéndose un fiestón, que por momentos, me hizo recordar alguna de mis fiestas erasmus en el Orange Caffé.

Sin duda, una apuesta simpática y divertida que cumplió con su misión y los ‘Kakkmaddafak’ pueden darse por satisfechos con su debut foráneo. El público se lo pasó pipa, y al terminar les devolvió su ‘you are so cool’. A partir de aquí, no sería de extrañar que los chicos del norte se convirtiesen en carne fresca de festival.

SARA SÁNCHEZ