
Ninguna gran cosa; tan solo una cambio de color con pintura en spay.

Así como hemos comentado que en el trabajo es difícil encontrar quien use estos tampones en su versión más tradicional, sí hay un campo en el que mantienen todo su encanto original; las manualidades y, sobre todo, los exlibris. Y resulta que somos unas enamoradas de éstos últimos. Ese gesto de estampar tu impronta más personal en las páginas iniciales de un libro nos parece muy romántico, como de otra época...y hemos intentado transmitirles ese mismo sentimiento a nuestros hijos, así que ellos también tienen el suyo propio.
El porta sellos vuelve a realizar la función para la que fue creada, solo que las almohadillas y su destino tienen un fin bastante más lúdico y personal...

Como veréis, todos los ex libris familiares se hacen ahora mutua compañía en el redecorado expositor, ¡y tan contentos!

¡FELIZ FIN DE SEMANA!
