Escritores, cineastas y profesores son algunas de las especies que se dan cita en "exorcismos", un volumen con veinte relatos de José Luis ordóñez que escarba en el aspecto más inquietante del ser humano. De Andalucía a la Ribera Sacra, de Prada a Tokio, pasando otros espacios de la geografía universal, desfilan psicópatas, asesinos, vampiros, licántropos, infectados, distopías y venganzas que forman un conglomerado de historias fantásticas y de terror salpicadas de guion y homenajes cinéfilos y literarios.
Datos técnicosEditorial: Extravertida (2019)
Nº de páginas: 232
Formato: Tapa blanda
ISBN: 978-8494769092
ImpresionesLlegan las fechas del miedo y del susto; también de la santidad más absoluta. La muerte, entendida de distintos modos, hace su aparición estelar en nuestras vidas, en nuestro entorno y agarra por las solapas al espíritu, al alma, con la obligación de una respuesta definitiva. Es un buen momento para embeberse del ambiente, caldeado, y leer acorde con las vivencias.
Un buen título para cumplir con lo anteriormente expuesto es Exorcismos, del polifacético José Luis Ordóñez, un libro muy bien trabajado por el autor y por la editorial Extrovertida, lejos de circuitos comerciales que simulan los grandes vasos de la circulación literaria del país y, en cambio, capaz de alimentar las células grises de las mentes que actúan como centros neurálgicos de los lectores más avezados.
Exorcismos es un compendio de relatos truculentos, escritos desde la inteligencia, con la intención, creo, de entretener y de servir de ejercicio literario durante el cual volcar la imaginación presa al otro lado de la barrera. Sólo aparecerá la sangre cuando sea necesario, pero lo que verdaderamente inquieta es idea aviesa que permanece en el anonimato y es luz que alumbra la ejecución, la de la prosa y la de la realidad.
Miedos, todos tenemos miedo, y el mayor lo reservamos a lo desconocido. Es por ello, precisamente, que este ente mal definido se erige como protagonista de cada regalo envenenado, presentado como un nuevo capítulo que termina, del todo, en cuanto el punto fatídico echa el cierre al argumento desgranado. Y a otra cosa...
Quisiera destacar el acertado prólogo de Elena Marqués, que lanza algunas de las claves de lo que después sembrará las dudas del lector, historias en las que él mismo se retrata pues, aun cuando su nombre no aparezca, lo hará su subconsciente, ya sea en forma de canción, de largometraje o de algún lugar de su Sevilla, reconocible, que le sirven de telón de fondo para convertirse en un nuevo Poe, seguramente una gran influencia en su peculiar estilo a la hora de narrar. No obstante, la estilizada pulcritud del influente se volverá gamberra tras atravesar el filtro del influido, conocido cinéfilo, que ver a la ocasión idónea para montarse su propia película, o más bien su propio festival de cortos en el que ver apaciguado su ego.
Estimado lector, sólo dele una oportunidad a ese libro en el que la cubierta es un cuadro siniestro con ahorcado incluido en el que el director podrá decir el archiconocido "corten" cuando lo considere oportuno, ya sea porque vea algo extraño en las luces de un semáforo, en el rostro de una recepcionista, en el nombre de un polígono industrial, en el supuestamente tranquilo discurrir de un deseado crucero por el Mediterráneo o a la hora de abordar la historia de Guillermo. Pero siempre, mire a su alrededor por si acaso las cosas no son lo que parecen...
Reseñado por Francisco Javier Torres Gómez
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