¿Cómo nace un volcán? ¿Quién puede vivir en el lugar más caliente de la Tierra? ¿Qué fenómenos ocurren bajo las montañas? ¿Por qué viaja una expedición científica a un destino de condiciones ultra extremas?
Adéntrate en un viaje a uno de los lugares más inhóspitos y bellos del planeta, donde nada es lo que parece. El texto en primera persona de Silbia López de Lacalle y sus magníficas ilustraciones te conducirán a Dallol, en el corazón de Etiopía, el hogar del pueblo nómada afar; un lugar de intensos y vivos colores donde todo parece bullir de vida, pero donde, curiosamente, la vida apenas asoma. Por el camino te tropezarás con mucha ciencia, descubrirás cómo se rompe un continente, dónde se descubrieron los fósiles de nuestros antepasados más remotos, cómo nace un volcán de sal o cuándo lo mineral se confunde con lo vivo. Una formidable aventura de la que te costará regresar.
Editorial: Guadalmazán (2021)
Encuadernación: Cartoné
Atención, libro muy recomendable. Si unimos la belleza y el saber y trasladamos la magia de la simbiosis al mundo de los viajes, de la geología, no nos debe de extrañar que estemos ante un más que merecido Premio Prismas de la Casa de las Ciencias a la Divulgación Científica.
La editorial Guadalmazán no arriesga. Todo lo contrario. Trabaja y trabaja para sacar a la luz libros tan bonitos como el que traemos a la palestra, un colorido álbum de acuarelas y dibujos que cuentan una historia, la misma que, negro sobre blanco, se centra en el viaje iniciático de la autora al cuerno de África, un sueño hecho realidad: la exploración del Dallol, el volcán etíope de sal. Yo mismo he comenzado a hacer mis pinitos con las pinturas, se trata de una declaración de intenciones con las artes plásticas como método eficaz de expresión. Un libro muy bello.
Pero no solo se trata de un viaje en el que la geología toma el protagonismo esperado. La experiencia vital es fundamental y las preguntas comienzan a surgir y son respondidas por la naturaleza y por el legado de textos que nos serán de gran ayuda cómo es posible vivir en condiciones tan extremas, quizás las más duras del planeta.
Es un libro, una novela en la que se aprende, y mucho. Comenzaremos conociendo a Lucy y a Ardi, dos de nuestras madres más arcanas, nuestros ancestros, eslabones de una cadena evolutiva puesta de manifiesto con nombres propios y, tras el simpático saludo que les dedicaremos, entraremos en materia con el estudio de grieta africana. Geología Pura elevada a su máximo exponente, pero razonada para que los profanos en la materia comprendan en qué consiste la deriva continental y cuáles pueden ser y serán sus consecuencias.
¿Sabrían decirme quiénes son los afar? Si la respuesta es negativa, ya van tarde con la lectura de estos capítulos dedicados a los pobladores del lugar más cálido del planeta. Por supuesto, la tradición oral se concentra en el dagu y nos sorprenderemos lo simple y lo complicado que resulta a un tiempo indagar acerca de cómo es posible vivir sin poseer un lenguaje escrito en pleno siglo XXI. Apasionante, por no utilizar una palabra similar más soez.
En el desierto se necesita agua y las tribus nómadas siguen el rastro de las nubes desde tiempo ancestrales. Quizás el cambio climático no vaya a proporcionar buenas noticias a quienes solo conocen este tipo de vida. Los dromedarios son animales esenciales en una cultura en las que se componen poemas en los que ellos son los protagonistas. Otras latitudes y otros mundos, curiosamente el mismo que el nuestro.
¿Cómo nace un volcán? ¿Cómo puede ser tan bella esta región olvidada por todos? ¿Cómo se concibe el futuro allí en donde la vida transcurre paralela a la nuestra, con sus propias reglas y conceptos?
Llanos, montañas, magmas y seres vivos, pero todo tamizado con los colores de las acuarelas con las que Silbia narra sin hablar. Ya hablará luego, cuando haya captado la esencia y nos haya hecho partícipes de un mundo que solo podremos soñar.
Estimados lectores, si buscan un libro bello que regalar, no duden y compren este. En caso contrario, se arrepentirán. Felicito desde aquí a Guadalmazán por el gran trabajo realizado en la confección de esta obra de arte. Yo ya tengo mi ejemplar y no quiero prestarlo. Probablemente vuelva a tomar los pinceles y a imaginar, porque se ha despertado el arte de crear y de saber uy ambos han sido más que colmados con el legado de Silbia.
No hay nada más bonito que un volcán de sal, aunque sepamos de antemano que, algún día desaparecerá...
Reseñado por Francisco Javier Torres Gómez
Si quieres hacerte con un ejemplar lo puedes hacer desde el siguiente enlace: Expedición al volcán de sal