De mis últimas vacaciones guardo muchos recuerdos, pero uno de ellos de manera especial. Fue una cena en un sitio realmente diferente. Siempre pensé que me encantaría repetir la experiencia pero nunca creí que lo podría hacer en mi propia ciudad, y además de la mano de dos amigos. Centro de masajes de día y experiencia gastronómica de noche. Mi querido Jesús ha decidido combinar los tratamientos de osteopatía, faciales y dietética de su centro con la deliciosa cocina de mi adorada Manuela. Unos cuantos amigos disfrutamos de un menú de prueba y no pudimos salir más encantados. Increíble la experiencia. El lugar, la música, la tranquilidad, la comida, la compañía y las sorprendentes vistas que ofrece de Triana esta terraza situada en una séptima planta nos cautivaron. Abajo el bullicio y las compras y desde nuestro rinconcito la más absoluta paz y la sensación de oasis que se hace más evidente al despedirte y regresar de nuevo al ruido y las prisas.
Mil gracias, Jesús y Manuela, por un delicioso almuerzo en todos los sentidos. Si viven en Gran Canaria o pasan por la isla, les recomiendo totalmente la visita. Las fotos no hacen justicia ni al lugar ni a la comida porque no llevé la cámara y las hice con el móvil. No iba preparada para un post, pero no he podido resistirme.