La segunda es la maravillosa rotulación de las carreteras francesas. No hace falta un Ton-To (GPS) para orientarse. Si ves un letrero sabes que volverá a aparecer más adelante. Es difícil perderse. En cambio, en nuestro país, por lo menos en Catalunya, la rotulación es desastrosa; los que vivan Barcelona tiene un ejemplo sencillo en las Rondas y, otro, la entrada a la autovía del aeropuerto desde la Plaza Cerdá.
¡Ah! durante el viaje he tenido la oportunidad de ver repetida una señal olvidada inexistente en nuestras carreteras. ¿Saben lo que significa la señal adjunta?
El problema de los rótulos es endémico de España.