Revista Comunicación

Experiencias de marca.

Publicado el 28 septiembre 2012 por Eliseoteo @eliseoteo
Global, tecnológico y diversificado. Así se podría definir el nuevo escenario económico que envuelve al tejido empresarial y que junto a los requerimientos imprevisibles actuales del mercado y a la creciente sobresaturación productiva, dibujan un horizonte excesivamente indefinido y aleatorio en el que las organizaciones contemporáneas intentan buscar opciones que les permitan hacer frente a este gran reto y, también, diferenciarse mediante un estilo muy particular.
La realidad social y comercial de las empresas ha variado de manera sustancial en los últimos tiempos planteando necesidades que demandan respuestas inéditas. Así, por lo que respecta al catálogo de productos o servicios, éste ya no representa un argumento de venta tan convincente como antes, a pesar de su excelencia, sino que precisa de otras acciones complementarias. A su vez el fuerte dinamismo competitivo en todos los sectores exige a las compañías la conformación de equipos multidisciplinares y adaptativos que beneficien su productividad y favorezcan la cultura corporativa.

Experiencias de marca.

Stuart Miles / FreeDigitalPhotos.net

Las organizaciones conscientes de esta situación están modificando o ampliando sus estrategias con la pretensión de poder incentivar sus respectivas marcas, dotándolas de valores añadidos aparentemente no visibles, por tanto intangibles. De este modo las empresas ahora venden experiencias y vivencias, tanto dentro como fuera de ellas. Internamente lo hacen a través de una serie de pautas y técnicas que fomentan atmósferas cohesionadas de trabajo, además del sentido de pertenencia a un equipo, a una organización. Tales decisiones repercuten positivamente en la difusión externa y notoriedad de la marca, añadiéndole un valor social a la identidad corporativa y a la oferta productiva,  junto con la garantía, la calidad, la originalidad, la innovación, la flexibilidad, el compromiso y la responsabilidad, entre otros aspectos, que los fabricantes se esfuerzan en desarrollar. En consecuencia la marca experiencia entra en juego y adquiere una nueva dimensión estratégica que aporta, más allá de ventajas competitivas, seguidores de un estilo muy particular, de una tendencia corporativa distinta.
Casual o no, bien es cierto que las marcas se han convertido en la suma de todas las acciones y valías corporativas, mucho más allá del propio bien o servicio presentado con una identidad visual determinada. Constituyen a día de hoy una perfecta síntesis de la empresa en todas sus facetas y dotan de mayor significado a cualquier actividad resultante ella. Son, por tanto, una forma de aproximar su esencia a todos sus públicos despertando auténticas emociones experienciales.
Periódico ESCAPARATE. Suplemento de economía (Septiembre-Octubre 2012) 

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