Por Halford Scott, Empresario
Tu habilidad de hacer dinero es directamente proporcional a lo bien que resuelves los problemas de tus clientes.
Resolver problemas es una de las características más valoradas que pueda tener un empresario. Perfecciona esta habilidad y cosecha los beneficios de ahorrar tiempo, ganar dinero y encontrar la próxima gran idea para tu negocio.
Échale un vistazo a los cinco pasos para convertirte en un gran solucionador de problemas
Antes, hay tres mitos que tenemos que atender.
Mito 1: El resolver problemas y el pensamiento crítico son lo mismo.
Hecho: Resolver problemas es un subconjunto de su primo mayor, el pensamiento crítico.
Resolver problemas trata con cuestiones inmediatas, y el pensamiento crítico es necesario para las cuestiones estratégicas a largo plazo.
Mito 2: Los buenos resolverdores de problemas actúan intuitivamente.
Hecho: La intuición es una parte importante del proceso, pero las investigaciones muestran que cuanto más sistemático es el solucionador de problemas, más precisas y exitosas son sus soluciones.
Mito 3: Si apareces con una buena solución, eres un buen solucionador de problemas.
Hecho: Hay cinco pasos para los buenos revolvedores de problemas, y tienes que seguir cada uno de ellos para ser considerado un profesional en ello.
Ahora, a los cinco pasos.
Paso 1: Identificar
Identificar el problema correcto y trabajar en él es a menudo donde la gente tropieza. No es tan simple como parece. Ve deprisa sobre este paso bajo tu propio riesgo. Piensa en un negocio que tenga problemas de ingresos. Puede haber unos cuantos cientos de razones para ese problema.
Hacer las preguntas correctas y ser un detective inteligente te ayudará a concentrarte en el problema con precisión. El buen resolverdor de problemas hace muchas preguntas sobre cual es el problema realmente, en lugar de adivinar y tomar decisiones rápidas sobre él.
Paso 2: idear
Ahora que tienes una pequeña lista de lo que el problema podría ser, haz una tormenta de ideas para encontrar todas las posibles soluciones. La mejor tormenta de ideas sucede cuando tienes la oportunidad de compartir tus ideas con otros. Consigue a las personas correctas y piensen tantas soluciones como puedan. Este no es el momento de evaluar.
El proceso fisiológico del cerebro en la generación de ideas no es el mismo que en el de la evaluación de ellas, y no pueden ser ejecutadas al mismo tiempo. Ambos son procesos críticos, pero no dejes la ideación cuando empieces con la evaluación.
Paso 3: Evaluar
Esto es cuando evalúas las ideas que se te ocurrieron durante la fase de ideación. Evalúa las ideas primero basadas en su impacto sobre un objetivo, y en segundo lugar, por la complejidad de la idea. La complejidad no es acerca de la dificultad. Se determina sólo por dos cosas: tiempo y dinero.
¿Puede la idea lograr resultados exitosos con las limitaciones de tiempo que tienes, y se ajusta a algún presupuesto que tengas? Pregúntate qué tan grande es el impacto de la idea. Si estás tratando de recortar $ 10,000 de un presupuesto y llegas con una idea con la que ahorras $100, el impacto es relativamente bajo. Una que ahorra $1.000 se convierte en una solución de alto impacto. Tú estás buscando una idea de alto impacto y de baja complejidad.
Paso 4: Ejecutar
Este es otro paso que los resolvedores de problemas promedios a menudo se saltan. No es bueno llegar a una gran idea y luego fallar en la ejecución. Todos hemos estado en reuniones donde la tormenta de ideas trajo unas buenas soluciones y las trabajaron hasta reducirlas a unas pocas factibles, sólo para salir de la reunión y nunca enterarse de qué ideas serán ejecutadas. Derecho al fracaso.
Ten un plan para que tu idea pueda ser hecha. No tienes que ser tú el ejecutor de toda la idea, pero como resolvedor de problemas, tienes algo de responsabilidad en la implementación de la solución.
Paso 5: Reexamina
El último paso es revisar el progreso de la solución y determinar si sigue siendo la correcta. Habrá momentos en el que el problema todavía exista porque la solución no era la correcta. Pero no tires la toalla.
Vuelve al paso dos y sigue adelante en busca de la siguiente solución a intentar.
Resolver problemas no es un problema.
Resolver problemas es una habilidad que paga enormemente. Practica los pasos para volverte eficiente en ellos. Consulta con las personas que trabajen contigo. Y entonces ejecuta.
Haz que se te pegue la costumbre de siempre tener al menos una idea para solucionar cada problema que se te presenta. Y entonces no habrá problema.
Fuente: http://escuelapararicos.net/5-pasos-para-convertirse-en-un-experto-en-resolver-problemas