La tía de Pilar tiene casi 80 años, movilidad reducida, y espíritu adolescente. Es muy creativa y siempre está inventado algo que hacer. Le gusta tenerlo todo a mano y siempre termina rodeada en una montaña de cosas. Por eso su sobrina pensó regalarle un bolso de sofá como el que yo me hice y que te enseñé aquí, pero adaptado a sus gustos. Así podrá tener todo a mano y además organizado (gafas, mandos a distancia, móvil, bolígrafos, revistas, costura...). El tamaño es ligeramente diferente al mío, y el colorido es diametralmente opuesto al que yo me hice. La apuesta era tonos alegres, muy alegres, una explosión de color.
He usado un Jelly Roll de colores muy vivos, con naranjas, verdes, amarillos y morados. En los laterales he alternado una imagen de Frida Khalo (pues a nuestra adolescente le gusta pintar) y un práctico bolsillo exterior.
El interior combina una tela azul turquesa con pequeñísimos lunares junto con otras del mismo Jelly Roll. Los bolsillos de distintos tamaños ayudarán a mantener el orden.
El asa combina también dos telas y va sujeta al bolso con unos snaps de colores, para poderla quitar en caso de incordio.
La base es una loneta azul marino con cuadrícula acolchada en naranja.
Ha sido una alegría que mi bolso de sofá haya sido inspiración para un regalo a una persona muy querida por Pilar. Muchas gracias por vuestra compañía.