Sinopsis:
A lady Imogen Loveless ya hace mucho que le colgaron la etiqueta de «peculiar», en parte porque sus ideas son tan locas como sus rizos y, sobre todo, por su pasión desmedida por los experimentos y los explosivos. Lo que la sociedad no sabe es que ella es una de las Campanas del Infierno, un grupo de justicieras que actúa a la sombra de la aristocracia londinense.
Thomas Peck no es un hombre cualquiera. Tuvo que luchar muy duro para convertirse en inspector de policía, y está a punto de ser nombrado superintendente, gracias a su habilidad para ver los detalles que otros pasan por alto, como que Imogen no es peculiar, sino la auténtica personificación del caos. Si alguien se lo preguntase, Thomas diría que la dama necesita que la protejan. Incluso de sí misma.
Cuando el poderoso hermano de ella descubre sus actividades nocturnas, coincide completamente respecto a eso… y conoce al hombre ideal para cuidar de ella. Y, aunque Thomas prefiere centrarse en su prometedora carrera, hay encargos demasiado explosivos como para dejarlos pasar. Así que el adusto inspector termina inmerso en el mundo de Imogen, absorbido por las osadas sonrisas de ella, los secretos ardientes y una pasión desbordante que amenaza con consumirlos a ambos.
Opinión personal:
Creo que Sarah MacLean retoma con esta novela las cualidades de sus orígenes. Una novela que sigue un patrón muy convencional, no en cuanto a protagonistas se refiere, pero sí en relación al esquema y las aventuras de la pareja que, indudablemente, huelen a clásico en la romántica, recordándonos aquellos tiempos en los que las historias no tan solo se centraban en la pareja misma, sino que dicha pareja se veía envuelta en una trama secundaria que hacía que cuajasen sentimientos.Seguramente parte del éxito es que la pareja se ha ido fraguando a lo largo de los dos libros anteriores, lo que hace que, como lectora, ya sepas de los sentimientos de ambos, cosa que no sea necesario entrar en más detalles. Es algo que se muestra de forma muy sutil, pero que considero que Sarah MacLean ha conseguido con éxito.
Contamos, por un lado, con Imogen, una damisela bastante peculiar —basada en una mujer real tal como la propia autora explica al final (a veces la realidad puede ser más sorprendente que la ficción) que ha sido criada y alentada en su pasión por la ciencia y todo lo que envuelve a la pólvora. Eso ya la hace bastante inusual, pero lo que creo que más me ha gustado es ese punto mordaz y satírico que siempre muestran sus palabras haciendo que, sus diálogos —sobre todo con Thomas-, sean muy de mi gusto.
Thomas es un hombre justo y honesto, como debe ser un buen inspector, aunque sus maneras resultan algo bruscas —aquí lo de «oso achuchable» le viene de perlas. Vive los vientos por una mujer que le intriga, le saca de sus casillas y a la que admira por partes iguales, pero también es muy consciente de que está fuera totalmente de su mano una posible relación con ella. Y ese, justamente, es el conflicto de la pareja: la diferencia social.
Su relación resulta muy coqueta, miradas, la típica obligación por parte de él de cuidar de ella, nada que no hayamos leído antes, pero resulta muy amena y, en algunos momentos, tan exasperante como divertida. Imogen, me ha encantado… y Thomas se siente arrollado perpetuamente por el carácter y las acciones de esta mujer independiente y resolutiva.
Como ya sabemos, Imogen forma parte de un organización de mujeres que aboga por otras más necesitadas y la trama gira en torno a la resolución de quien hay detrás de una serie de sucesos que están atentando contra algunos de sus negocios. En este sentido diré que es algo que no me ha sorprendido en absoluto, creo que la trama está bien llevada y los pasos de la investigación bien pautados, quizás la poca sorpresa de quien está detrás ha desmerecido un poquito un final con más clímax.
A pesar de mis pequeñas quejas, he de decir que ha sido una lectura de lo más entretenida. Poca originalidad y mucho cliché, pero me gustan los clichés y, bien llevados —como es el caso— pueden ser de lo más positivos en una historia.
Mi gran «pero» es ese conflicto, que supuestamente ha de tener bastante importancia en la historia. En este caso no influye casi nada en la relación entre ambos, en ningún sentido —ya sabemos que esta autora sigue las normas sociales en una medida muy pequeñita, pero al final, cuando debería marcar la diferencia todo se resuelve de una forma tan terriblemente anodina que ha sido como un jarro de agua fría y un desinfle total a mis expectativas y, con ello, ha provocado que una novela que, hasta ese momento, iba muy bien -¡pero que muy bien!, bajara directamente un par de escalones. Esto es algo muy personal y espero que no os desanime.
El final sí que es glorioso. Está claro que este epílogo no tiene ningún otro cometido que crear ansias por leer la cuarta entrega. Era algo que me venía imaginando desde el principio no solo porque puede ser un argumento interesantísimo sino, también, porque encaja mucho con el personaje en cuestión.
En general, «Explosiva» es por ahora mi favorito de una serie que se está desarrollando sin grandes altibajos. No obstante, creo que Sarah MacLean está recuperando poco a poco aquellas cualidades que hicieron que me empezase a gustar tanto cuando leí sus primeros libros traducidos, así que, espero que el siguiente libro sea de cinco estrellas.
¡Lo dicho, ansia viva por la siguiente entrega!
Datos de interés: Ficha de la novela - Ficha de la autora - Web de la autora
Pepa