Quien iba a imaginar que las canciones de Raffaella Carrà servirían de base para un musical español que apela por partida doble a la nostalgia para llegar a los corazones. En primer lugar por la época franquista en la que se desarrolla la acción usada para enviar un claro mensaje de libertad alternándose con las diferentes tramas amorosas. Y sobre todo por la música, la cual nos ofrece los mejores momentos de la película pese a la modestia de unas coreografías que no resultan tan espectaculares o vistosas como cabría esperar. También pasa factura su alargada duración para una historia que no da para tanto y que sostiene con buena nota un excelente reparto que hace gala por todo lo alto de su desparpajo y simpatía.
Mi puntuación: 5/10