Las manifestaciones sindicales del próximo día 11 “en recuerdo de los trabajadores fallecidos” en los atentados de 2004 atribuidos a los islamistas son, en realidad, una “yihad”, una guerra santa contra el nuevo Gobierno.
Pasaron ocho años sin que sindicatos e izquierda se manifestaran en recuerdo de aquellos asesinados, y los evocan ahora, tres meses después de su derrota y del triunfo centroderechista.
Vuelve el zapaterismo, como cuando usó los muertos del 11M tres días antes de las elecciones que tenía perdidas para ganarlas manipulando las emociones populares.
Repiten el acoso a las sedes del PP, y el perdedor de los sufragios y líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha dado su consigna: la política se hace también en la calle, es decir, algaradas contra urnas.
Además, cuenta con el apoyo de violentos e intimidadores antisistema, que ya han empezado sus agresiones e fuegos callejeros.
Elegir como acto sindical contra el Gobierno la fecha de las diez explosiones en cuatro trenes madrileños que provocaron 191 muertos y 1.858 heridos, además de una “yihad” es tratar de impedir que España se libre de la trampa mortal construida por Zapatero que arruinó el país, y dejó una resaca que llegará a seis millones de parados.
Es volver a los mensajes entre móviles con el “Pásalo” para asediar a los políticos de PP y a sus familias, imputándolos de autores de la matanza por la presencia de soldados españoles no combatientes en Irak.
Es el espíritu de quien no tiene soluciones para el Prestige pero que lo usa como arma de destrucción política, o el de las manifestaciones contra la presencia de submarinos nucleares en Gibraltar que durante el zapaterato siguieron atracando sin protesta alguna.
Es arruinar España económica y moralmente, dejándola sin salida.
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SALAS
Este dibujo ya lo divulgé varias veces. Pero, como el del Apalpador, debe repetirse incansablemente. Es una obra clásica, y así se verá para siempre.