El arruinado edificio de Tabacalera, sala La Principal, alberga en exposición (hasta el 11 de Junio) la comprometida e inquietante obra de Darío Corbeira. Un contenido multimedia que lleva por título el provocador Permanecer mudo o mentir.
El edificio del siglo XVIII de la Glorieta de Embajadores fue fábrica de naipes y licores antes de serlo de tabacos. En tanto se restaura, el lugar se ha convertido en un espacio muy apropiado para exposiciones como la de Corbeira. Nada mejor que un edificio industrial agrietado y fantasmagórico para albergar un contenido como el de la clase obrera nunca fue al paraíso.
Corbeira hace un ejercicio de reflexión visual llevando al arte escritores comprometidos como Sastre, Badieu, Brecht, Lacan o Agamben a los que une con pintores como el Tintoretto, Ingres, o Poussin, músicos como Brahms y poetas como Valery. El hilo que marca la obra es la interpretación del siglo XX en la línea de Hobsbawm: empieza con la esperanza y termina con la frustración.
Desde el punto de vista matemático no podemos ignorar la obsesión numérica, más que la visión pitagórica encontraremos la cárcel de los números como metáfora. En la propia exposición solo encontraremos unos cuadernos aparentemente mercantiles pero tanto los anuncios de la calle como el folleto-periódico muestran el protagonismo de los omnipresentes números. La matemática ha de adquirir el compromiso de mostrar el carácter liberador del número.
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