Exposiciones bajas de cadmio a largo plazo en relación con el cáncer de mama
La exposición prolongada a bajos niveles de cadmio, un metal pesado, puede impulsar el crecimiento de algunas células de cáncer de mama y animarlas a diseminarse, según una investigación preliminar indica.
El cadmio se encuentra en muchos fertilizantes agrícolas, puede encontrarse en el suelo y el agua. Algunas otras fuentes principales de cadmio incluyen el humo del cigarrillo, las baterías recargables, ciertos cosméticos, pan y otros cereales, patatas, tubérculos y hortalizas. Una vez que se entra en el cuerpo, el cadmio puede imitar los efectos de la hormona femenina estrógeno.
A diferencia de estudios anteriores, este nuevo análisis observa la exposición de por vida al cadmio, no en las explosiones agudas de altos niveles del metal pesado.
Se está intentando averiguar si es el cadmio el que causa cáncer o el cáncer el que atrae el cadmio. Si se tratara de una exposición crónica al cadmio que aumenta el riesgo de cáncer de mama, ser consciente de otras exposiciones a estrógeno y la adopción de medidas para minimizar estos riesgos puede llegar a ser importante.
Según los resultados, las células de cáncer de mama pueden pasar a través de la barrera externa de la mama con la exposición prolongada al cadmio. En concreto, las células crónicamente expuestas al cadmio expresan mayores niveles de SDF-1, una proteína asociada con la invasión tumoral y la diseminación del cáncer, según el estudio.
Se sabe que el cadmio es tóxico y debe ser evitado. Pero más trabajo es necesario para dilucidar la relación entre el cadmio y el cáncer de mama en un ambiente del mundo real.