"Las Meninas" de Velázquez y "Las hijas de Edward Darley Boit" del artista John Singer Sargent.
El museo del Prado, al igual que otros muchos, está apostando por hacer exposiciones paralelas, en las que se muestran de forma simultánea trabajos inspirados en obras maestras de la colección de la pinacoteca y que por su importancia, pasan a ser también obras maestras de su tiempo. Fue el caso de la exposición de Francis Bacon y hoy la comparativa que se hace del hiper-realista decimonónico y el genio sevillano. Más de 200 años de diferencia temporal, acercadas a escasos centímetros por la sensibilidad que guió a ambos pintores. Enlace.
A la vez, podemos maravillarnos con la exposición El arte del poder, una exposición conjunta de las colecciones de la Armería Real y El Prado. En ella se muestran al tiempo, los retratos de los principales monarcas españoles (de la casa de los Austria en su mayoría) y otros personajes de nuestra historia, junto con las armaduras con las que fueron retratados. Estas protecciones metálicas, obras de arte por si mismas, fueron tan valiosas en su época, que ningún traje podía aportar mayor alcurnia a su portador y era por eso que se hacían retratar con ellas puestas, tanto para mostrar su poderío económico, como el militar. Tal era sí, que alguna de las obras más famosas de Tiziano, eran conmemorativas de grandes e importantes batallas para la historia de Europa y por extensión, del mundo.
Carlos I de España y V de Alemania en la batalla de Mühlberg, Tiziano.
Y es que pese a que muchos quieren ver en El Prado, un modelo museístico a extinguir por trasnochado, más propio del siglo XIX que del XXI, lo cierto es que hoy goza de una salud envidiable. Veo atónito como hay supuestos vanguardistas que hablan de la democratización del arte, queriendo acercar este a todo el mundo, pero que para ello rechazan este tipo de contenedores de arte... e incluso, aunque sea de una forma inconsciente, el propio arte que en ellos se expone.
Desde luego, de seguir con este tipo de iniciativas, la longevidad de la mejor pinacoteca clásica del mundo, tiene cuerda para rato.